ARRANCA LA VUELTA - DEL NORORIENTE A LA CAPITAL
La vuelta se inició en Puerto Barrios, en un circuito de 50 Kms; 44 pedalistas tomaron el banderazo de salida. Juan José Pontaza – Pontacita - haciendo gala de sus cualidades de velocista y
Pontacita y Aquino se fugaron tempranamente del pelotón, siendo en esta oportunidad Luis Cuéllar el único charro que intentó responder al ataque, sorprendiendo al mismo Sabas, quien había ganado esta largada el año anterior. Pontaza ganó la etapa en forma indiscutible, apoderándose de nuevo del liderato al lograr ese día una ventaja de 5 minutos sobre Joel Aquino, su más cercano perseguidor. Cuellar logró posicionarse en el 2º lugar de la general, mientras que Sabas cayó al 10º. El conjunto mexicano conservó el liderato por equipos, seguido a 2 minutos del Imparcial Kern´s “A”.
detrás de Pontaza. Los tres fugados llegaron juntos a la capital y Pontacita, en uno de los más emotivos finales de etapa, ingresó escapado en primer lugar al estadio, obteniendo así, en esta vuelta, su tercera victoria; detrás llegó Joel Aquino, dejando a Sabas en tercer puesto, quien entró al estadio cuando ya el ganador cruzaba la meta. Joel Aquino logró subir al segundo lugar de la general con el tiempo obtenido en esta etapa.
Durante una entrevista vespertina en el hotel
capitalino en el que fueron concentrados, mientras mostraba orgulloso el Suéter
Quetzal a don Celso Álvarez Rosales[2],
Juan José Pontaza comentó que consideraba uno de sus mejores premios la
estruendosa ovación que, de pie, le fue brindada por la delirante afición al ingresar
ese día triunfalmente en solitario al Mateo Flores.
Pero aún quedaba mucho trecho por recorrer, los pedalistas mexicanos no desmayaban ni daban tregua a los nacionales, ejecutando una estrategia de ofensivas combinadas, lanzando al ataque, por turnos, a cada uno de sus corredores.
DE
LA CAPITAL AL NOROCCIDENTE
La 8ª. etapa, Sololá-Quetzaltenango[2],
por la mala condición de la ruta y sus empinados y prolongados ascensos ha definido
el liderato en vueltas anteriores. Jorge
Surqué Canel (La Pulga Mixqueña) en la I Vuelta, Hernán Medina de Colombia en
la II, Aureliano Cuque López en la III, Jorge Luque de Colombia en la IV,
nuevamente Aureliano Cuque López en la V y Esteban Martín de España en la VI
Vuelta aseguraron el liderato en esta etapa.
descontar ventaja, corriendo una excepcional jornada en la que únicamente Luis Enrique Pineda, destacado trepador del Policía Nacional, le soportó el paso impuesto en el ascenso de la “María Tecún” y las “60 vueltas”, arribando a la Ciudad Altense con 4 minutos de ventaja sobre Pontaza, quien llegó en 3er lugar, logrando aún conservar el liderato. El Imparcial Kern’s subió al primer lugar por equipos al superar los escarabajos nacionales a los corredores mexicanos frente al meteórico ritmo de ascenso impuesto por su compatriota. Comentaron algunos miembros de la caravana que Sabas imprimía a los pedales tal fuerza al escalar que podía observarse el polvo y piedras saltar al paso de la llanta trasera de su bicicleta, en forma similar a como lo hace un potente tractor al abrir brecha.
Los resultados de las tres etapas siguientes,
Circuito Benito Chaj Gómez en Quetzaltenango (Filiberto Mercado-Mex); el mismo
día por la tarde Quetzaltenango San Pedro Sacatepéquez, San Marcos (Melesio
Soto-Mex); y al día siguiente el circuito en San Pedro Sacatepéquez, (Carlos H.
López-Gua) a pesar de ser complicadas por lo pésimo de la ruta, no provocaron
cambios en la clasificación general.
DEL
NOROCCIDENTE HACIA LA COSTA SUR
Sorpresivamente en la 12ª etapa, bajando de San
Pedro Sacatepéquez hacia Retalhuleu, Sabas volvió a sorprender a los nacionales
y logró en un impresionante descenso nuevamente capturar el suéter líder en
forma espectacular, obteniendo en la largada 6 minutos de ventaja sobre
Pontacita.
A partir de las siguientes etapas, bajo el
intenso calor de las sofocantes y reverberantes planicies de la costa sur se
libró una lucha sin cuartel entre Cervantes y Pontaza por el descuento de los
“segundos”. Aunque por escaso margen, Pontacita
superó a Sabas en todas ellas, primero en el Circuito en Retalhuleu “Sergio
Ramón Álvarez Jaramillo” (Joel Aquino-Gua), que se corrió por primera vez en esta
vuelta, y luego en la etapa de Retalhuleu-Champerico-Mazatenango (Joel
Aquino-Gua), acercándose así nuevamente a la posesión del Suéter Quetzal.
Pero igualmente los resultados de las últimas
dos etapas cambiaron la situación en la clasificación general; Joel Aquino, además
de ser el segundo guatemalteco mejor clasificado se convirtió también en un posible
aspirante al liderato, por lo que Blas Quaglieri le liberó de su condición de
doméstico, autorizándole para salir a buscar la victoria por su cuenta, dejando
el triunfo en las piernas del mejor hombre.
En la etapa de ayer, de Mazatenango a Escuintla,
Joel y un pequeño grupo de corredores se escaparon tempranamente, manteniendo por
algún tiempo una considerable ventaja sobre sus perseguidores, pero finalmente sucumbieron
y quedaron “fundidos” sobre la ruta,
rindiendo tributo a la frenética persecución desencadenada por el pelotón de
persecución, que les alcanzó cerca de Cocales, llegando a Escuintla un grupo
puntero raleado, y en el que Pontacita se impuso a Cervantes sobre la meta en
un épico e interminable sprint de casi 5 cuadras en subida, rebajándose la diferencia
entre ambos a sólo 8 segundos.
Desafortunadamente Carlos Raúl Celis no logró en Escuintla hacer el 1-2
con Pontaza, ya que, de haber ocurrido así, hubiera quitado la bonificación a
Sabas, y éste perdido el liderato. El
Campeón Nacional, a pesar del esfuerzo realizado y de sus innatas condiciones
de rematador, debió ayer conformarse con el 3er. lugar.
HACIA
LA META FINAL EN LA CIUDAD DE GUATEMALA
En el parque central de Escuintla se escucha ya
la fanfarria con los acordes marciales que acompañan a los actos protocolarios
previos al inicio de la competencia. El alcalde
escuintleco realiza la tradicional dedicatoria de la última etapa a la ACD e,
inmediatamente después de imponer el Suéter Quetzal a Cervantes, la agraciada
madrina de deportes de la ciudad da el esperado banderazo de salida. De los 347m de altitud de Escuintla los
competidores, en esta corta etapa de 56 Kms, remontarán 1,150m de altura, al
ascender a los 1,500m sobre el nivel del mar a que se encuentra la Ciudad de
Guatemala. La caravana se pone en
movimiento, se afloja inmediatamente la ansiedad y las aprensiones al encauzarse
la adrenalina al ímpetu de la fuerza muscular, y arranca la celebración del
espectáculo del ciclismo en su máxima expresión.
Desde la salida los aficionados festejan el
evento a lo grande, aglomerándose en carreteras y poblados a ambos lados de la
vía. Contribuye su algarabía a la
inconfundible melodía producida por la magnífica fiesta del pedal, resultado de
la sinfonía producida por el caucho de los tubulares de las bicicletas que, acompasados,
rozan rápidos sobre el asfalto, mientras el monótono y metálico siseo de los
piñones contra las cadenas, al ser propulsadas por el pedaleo de los
competidores, se unen al potente ronroneo de los motores de los vehículos que
acompañan a la caravana, sumado al agudo y penetrante lamento de las sirenas de
los motoristas de la policía nacional que abren la punta de la competencia, y de
las ambulancias, unidades móviles y restantes motos y automóviles de los
oficiales, funcionarios y comisarios que cierran el evento, junto a los
mensajes en los altoparlantes que, al informar las posiciones de los
pedalistas, piden cordura a los aficionados para evitar lamentables accidentes,
sin dejar de proporcionar incansablemente las ventajas de los productos que
mercadean.
Agrupado en forma compacta el pelotón escala los primeros 17 Kms hacia Palín. Durante el ascenso, poco después de Medio Monte, al pasar frente al Quetzal tallado y pintado en piedra por la Dirección General de Caminos (DGC), Florencio “Lencho” Alvarado, del Policía Nacional, y ganador en dos oportunidades anteriores de esta etapa, inicia en solitario un fútil intento de escapada, que no prospera y es pronta y contundentemente sofocado antes de pasar por el ingreso a Jurún-Marinalá.
En la meta volante de Palín el pelotón desfila
en un sólido bloque multicolor, del que los cronistas desde las unidades
móviles señalan que no se han permitido movimientos, con excepción de un ligero
estirón en el remate del premio de montaña, encabezado por los corredores del
equipo mexicano, debidamente custodiados por Juan José Pontaza, Joel Aquino, Luis
E. Pineda, Carlos Raúl Celis, Ricardo Pontaza, Aureliano Cuque López y Manuel
Enrique Arana. Les acompañan un poco más
atrás el resto de pedalistas, Carlos H. López, Carlos Rafael González, Carlos H.
Ramírez, Jaime Duarte, José A. Bran, Leopoldo “Polo” Marroquín, Eulalio “Lalo”
Mejía, Francisco Cuque Luna, Jorge Armas, Juan José y Armando Paniagua, los
quezaltecos Diego González y José Rolando Colop, los escuintlecos Víctor Manuel
“Chibolón” Solórzano, Porfirio Sandoval y Luciano Morales, - la golondrina
solitaria - y, de Costa Rica, don Emilio Artavia y José Ángel e Isidro Sánchez. Se mantiene así la posibilidad de definir la
vuelta en la meta de llegada, Pontaza necesita ingresar entre los tres primeros
lugares, y antes que Sabas. La afición acompaña
a los pedalistas en la ruta e infatigablemente les apoya, vitoreándoles y
animándoles a lo largo del trayecto
El pelotón se desplaza con rapidez sobre la
cinta asfáltica, los poblados de Amatitlán y Villanueva pronto quedan atrás,
los competidores se dirigen con ímpetu a la meta en el Mateo Flores. Superando la cuesta de Villalobos la caravana
hace su ingreso a la capital, en donde el público, agrupado por millares, celebra
jubiloso y emocionado a sus héroes de la ruta.
El pelotón, al desarrollar los mejor clasificados mayor velocidad, empieza
a desintegrarse sobre la Calzada Aguilar Batres, pasando por el Trébol un grupo
puntero menos numeroso, en el que destacan algunos suéteres del Imparcial
Kern’s, del Policía Nacional; los tres de México y el Suéter Quetzal. La caravana enfila por el Boulevard
Liberación, rodea el obelisco y se dirige por la Avenida Reforma hacia la meta
en el Majestuoso Estadio Nacional Olímpico Mateo Flores, en donde ya finaliza
un partido amistoso entre Municipal y Comunicaciones.
Los punteros pasan veloces frente a la Escuela Politécnica, definiéndose la situación entre el Liceo Guatemala y el estadio. El pelotón se alarga aún más ante el intenso y continuo ataque de los mejores velocistas y sprinters nacionales, encabezados por Juan José Pontaza que, a pesar de la estrecha vigilancia que recibe de los cuatro mexicanos logra desprenderse del pelotón al pasar frente a Cidea, llevando ya bajo el Puente Olímpico una pequeña ventaja; le siguen Carlos Raúl Celis y Melesio Soto, ingresando en ese orden a la pista por la puerta del estadio, lleno hasta su última butaca, y que, al verlos aparecer, prorrumpe al unísono en una intensa y sonora exclamación de júbilo.
Los 38 segundos que transcurren desde que
ingresan al estadio hasta que alcanzan la meta son acompañados del continuo y ensordecedor
clamor del público. A pesar de que en la
curva Melesio Soto, ante una ligera pérdida de equilibrio de Pontacita sobre la
tierra de la pista logra rebasarlo, y agenciarse el primer lugar de la etapa, esto
ya no cambia la nueva clasificación general; le siguen inmediatamente Pontacita
y pegado a su rueda Carlos Raúl Celis, que de esta forma aseguran superar la
diferencia con Cervantes, obteniendo entre los dos los 30
Cronometrando un tiempo de 1h 58m y 21s para
la última etapa, el tiempo total del ahora nuevo líder, Juan José Pontaza, es de
45 horas y 3 segundos. A 22 segundos
queda Sabas Cervantes en el segundo lugar y, en el merecido tercer puesto Joel
Aquino, el “Héroe de Jalapa”. Sabas
se impone como el indiscutible Rey de Montaña, con 61 puntos, seguido con 30
puntos por Luis Enrique Pineda del Policía Nacional Flash, el guatemalteco
mejor clasificado en esta especialidad.
El Imparcial Kern’s “A” se consolida en el primer lugar por equipos con
135h 59m 5s.
Así termina la historia de la
VII Vuelta Ciclística a Guatemala, inscrita dentro de las páginas de
oro de los libros del pedal y del deporte guatemalteco. Clarines, laureles.
[1] Las siguientes etapas, de Guatemala hasta San Pedro
Sacatepéquez, San Marcos, se realizaron sobre el que hoy conocemos como “el
camino viejo” de la capital de Guatemala hacia el noroccidente, pasando por
poblaciones hoy alejadas de la ruta interamericana, como Sumpango, Patzún,
Patzicia y Godínez, y tramos carreteros ya en desuso, como las “60 vueltas” y
la cuesta de la “María Tecún”, famosas por su escarpado y difícil ascenso,
sumado lo anterior al mal estado de la carretera desde Sololá, pero
especialmente entre Quetzaltenango y San Marcos.
[2] El asfalto termina en Los
Encuentros, a unos 20 Kms. después de Sololá.
Los ciclistas vuelven a competir nuevamente en pavimento a la conclusión
de la 12ª etapa, San Marcos-Quetzaltenango-Retalhuleu, con excepción de algunos
tramos del circuito Benito Chaj Gómez en Quetzaltenango. Esta última etapa fue ganada en dos
oportunidades anteriores por Manuel Enrique Arana.
[1] 130 Kms de tierra y piedras
sueltas de Jalapa a Barberena y 50 Kms de asfalto en el último tramo de Barberena
a la capital.
[2] Reconocido
periodista, escritor y reportero guatemalteco, cubrió muchas veces la vuelta a
Guatemala. Cuenta entre los múltiples
títulos de sus obras “Gloria y Drama de nuestro Ciclismo”, “Las 41 vueltas y
algo más” y “Vivencias de un cronista deportivo”.
[1] Última etapa ganada por este
joven y prometedor pedalista, quien falleció prematura y repentinamente el 10
de septiembre de 1963, a menos de un mes de haber terminado la VII Vuelta, y recién
habiendo regresado de participar en los Juegos Panamericanos celebrados en
Kingston, Jamaica. Dos veces Campeón
Nacional y triunfador en múltiples eventos nacionales e internacionales, fue
elemento clave en las últimas etapas, descontando segundos a Sabás, colocándose
entre Pontacita y los mexicanos.
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