PROMO66 LICEO GUATEMALA

jueves, diciembre 19, 2013

‘’EL SEXTEO’’


Preparado por:

ING. MANUEL HUMBERTO HERNÁNDEZ VALENZUELA

Para:
‘’la asociación de aliados del centro histórico’’

Guatemala, 08 de noviembre del 2006


 ‘’EL SEXTEO’’

‘’Sextear’’ era y es sinónimo de pasear por la sexta avenida de la zona 1, tanto  en épocas muy remotas, por ahí por los años 30’s cuando empezaba la tiranía del General Jorge Ubico Castañeda, quien gobernó Guatemala por 14 largos años, habiendo caído al momento en que la Revolución de 1944 se hizo presente como un proceso popular y generalizado de la ciudadanía que pedía a gritos el oxigeno de la libertad y la democracia en  todas sus expresiones, una de ellas la libertad de expresarse políticamente y asociarse libremente. Como también en épocas más recientes entre los 60’s y los 70’s, cuando llego a su cúspide esta importante arteria frecuentada por la mayoría de los capitalinos.

La Sexta Avenida, conocida por nuestros abuelos como la Calle Real, geográficamente arranca en la tercera calle de la Zona 2, específicamente en el Parque Morazán, donde se encontraba el Monumento a Cristóbal Colón , el Descubridor de América, Monumento que posteriormente fue trasladado a la Avenida de las Américas, Zona 13, donde actualmente se encuentra y termina en donde actualmente se ubica la plazoleta conocida como el ‘’Reloj de Flores’’, construido en la época del Alcalde periodista  Francisco Montenegro Sierra, al que le pusieron el sobrenombre de: ‘’ Paco Fuentes  Flores’’, porque le encantaba construir fuentes adornándolas con bastantes flores.

La Sexta Avenida realmente atraviesa el Parque Morazán  y a partir de la quinta calle o Calle Martí, continúa sobre el Boulevard del Hipódromo del Norte o Avenida Simeón Cañas hasta llegar al Campo de Baseball Enrique Trapo Torrebiarte. Antes de construirse dicho campo deportivo, estuvo ahí el Templo a Minerva y enfrente al mismo el  Mapa en Relieve, construido por los Ingenieros Vela y Claudio Urrutia.

Retomando el término’’Sexteo’’, nos tenemos que circunscribir al tramo físico comprendido desde la octava. Calle, donde está el edificio de la Empresa Eléctrica de  Guatemala, hasta la trece calle, donde está la Iglesia de San Francisco. Esa era la vuelta larga  de la sexteada, realizado principalmente por los jóvenes de la época que ya tenían sus motos y carros, bajando por la trece calle hasta la séptima avenida, donde se dirigían hasta la octava calle, pasando frente al ‘’Parque Central’’ como se le conocía antaño y apareciendo nuevamente sobre la sexta avenida, iniciando nuevamente otra vuelta y así sucesivamente, hasta que terminaba la afluencia de las patojas tan bonitas y agraciadas de la época, que eran el atractivo y la principal  razón de ser de la sexteada por parte de los varones. En cuanto a la vuelta corta caminando sobre la sexta avenida, ésta iba de la novena calle hasta la doce calle y se retornaba por la otra banqueta. En los 60’s se podían parquear los carros del lado izquierdo y la vía siempre era de norte a sur. Los domingos por la tarde había que llegar temprano para parquear el carro en lugares estratégicos.

El objeto de ‘’Sextear’’  era para las patojas el saludar, ver o admirar a los amigos o conocidos  y coquetear a algún muchacho que les gustaba. En cuanto a los muchachos el objetivo era maximizar la visualización de las patojas que circulaban de sur a norte y de norte a sur, luego de salir de la función de matinée de los cines de la zona 1,  ya fueran  los sábados por la tarde o los domingos también por la tarde, lo importante era darse una o varias sexteadas y aprovechar para darle una miradita a las vitrinas.  La hora pico era a las cinco de la tarde.

Los cines más importantes eran El Capitol, El Palace y El Cine Lux. Más tarde aparecieron El Cine Lido, sobre la once calle entre séptima y octava avenidas,  y El Cine Reforma en la zona 9, frente al Monumento a la Estrella. En aquellas floridas e inolvidables épocas de quienes escribimos estas notas acompañados de una buena dosis de nostalgia y motivación por dejar plasmado en el papel nuestros sentimientos por algo tan re-topado con era el ‘’Sextear’’, principalmente en nuestra generación (de mediados de los cuarentas en adelante),  una de las gracias y atractivos de sextear era para ver vitrinas en los principales almacenes de la época; para citar algunos podemos mencionar al Almacén Biener de los señores Pablo y Augusto Biener (donde se exhibían carritos y Jeeps, juguetes, trencitos eléctricos marca Leonel, avioncitos, etc), El Almacén La Perla (relojes, joyería, anteojos, etc,), la Farmacia Klee, ubicada en la esquina de la novena calle, El Almacén Mendelson (ropa de niños y bebés, el primero en su género), Almacén Mi Amigo, cuyo eslogan era: ‘’La Cigüeña los trae y Almacén Mi Amigo los viste’’, Almacén  El Cairo (telas, toallas, telas para cortinas, patrones, principalmente), La  Librería Cosmos (libros especializados de medicina, economía, ingeniería, etc),  El Almacén del Vecchio, de Don Juan del Vecchio  (casimires importados, sobreros de caballero, camisas, corbatas, etc), El Almacén Schacher (trajes a la medida, telas y mercadería en general), El  Almacén La Dalia Azul., sobre la décima calle y sexta avenida (ropa de caballero, billeteras, cinchos, anteojos, etc). Diagonal opuesta a la Dalia Azul estaba la Farmacia Pasteur, de amplio surtido de medicinas, con su letrero luminoso en la banqueta,  siguiéndole a continuación El Almacén Regalos Lys, donde se vendían cubiertos de plata, jarrones, floreros, lámparas, cristalería fina, etc., era uno de los almacenes característicos para regalos de casamiento de cashé.

 Era notoria la presencia de la Cafetería ‘’El Sexteo’’, que luego se llamó Cafetería París,  ubicada  en el ingreso al Hotel Palace, donde se tomaba sabroso café y servían deliciosos pasteles y pies, lugar donde se reunían los amigos paseantes de la sexta avenida. Enfrente estaba Pollo Caporal, de Domingo Moreira, con una sucursal en la Plazuela España. Dicho negocio, de cubanos, innovó en el mercado con su pollo frito comercializado en cajitas de dos piezas.  Ya era famoso el almacén de juguetes La Juguetería, sobre la décima calle y sexta avenida, donde se apreciaban los juguetes más innovadores  y de  gran variedad, sobre todo en la época  Navideña. Entre la décima y once calles sobresalía la Joyería La Marquesa, que constada de dos negocios: el negocio de la joyería, relojería, etc., de Leonel Stein y el negocio de los anteojos de la familia Wer. A continuación estaba el almacén Casa Música, que vendía instrumentos musicales, discos, etc.

Entre los años 58  y  62 aparecieron nuevos restaurantes, tales como El Hawai, de españoles dedicados al cultivo de arroz, situado frente al Cine Paris y la Radio Nuevo Mundo, ambos negocios  de Humberto González Juárez, hombre de mucha preponderancia en los gobiernos de la Revolución, principalmente en el de Jacobo Arbenz Guzmán. El Cine Paris era muy frecuentado por los jóvenes aficionados a las películas porno  de aquellas épocas, donde destacaban las películas de la artista francesa Brigitte Bardott, que ahora vela por la vida de los animales en Francia.

 Es importante mencionar al Almacén  La Paquetería, negocio importante en la década de los 50’s, que se incendió  y que era de la familia Engel, el cual   se especializaba en ropa extranjera de muy buena calidad, por ejemplo  traían los trajes Bottany, sombreros Stetson, camisas Arrow, zapatos Flordshain, arreglos  para el hogar, sombreros de dama a la última moda, como los que ya se ponía Doña Adriana Saravia viuda de  Palarea, gran artista de teatro  y también los sombreros que usaba el caballero y gran escritor nacional  Don Rafael Arévalo Martínez, el creador del éxito literario de la época: ‘’El Hombre que Parecía un Caballo’’.

El Restaurante Mixtas Frankfurt, de don Carlos Dorión, sobre la sexta avenida casi llegando a la doce calle, donde se servían deliciosas mixtas a 10 centavos  y el vaso de cerveza costaba 15 centavos, el cual era muy frecuentado por los estudiantes de la Preparatoria, El Inglés, El Colegio  Modelo, El Cívico Militar, El América, El Técnico Superior y otros colegios ubicados en la zona 1. También era visitado por los estudiantes universitarios de la época, principalmente los de Derecho, Medicina, Odontología y Farmacia y Ciencias Químicas.

En épocas aún más remotas, entre 1950 y 1960, es importante citar al  Restaurante Sansusi, restaurante y bar de mucho prestigio y atractivo en su época, situado a un costado del Cine Lux y  también al Restaurante y Bar El Guadalajara, ubicado donde actualmente se encuentra el Edificio de Apartamentos El Cielito, del señor Jacobo Engel. Ambos restaurantes atraían a las personas que salían de los cines ubicados en la sexta  Avenida, tales como El Capitol, El Lux y El Palace.

La Joyería Ritcher, ubicada entre la doce y trece calle, siempre sobre la sexta avenida, con gran variedad de joyas, relojes, etc., era la principal en su género. El  Almacén  T. Edwars, especializado en ropa de cama, toallas, etc., contiguo al Restaurante de comida china  Fu Lu Sho, que  destacaba por su sabrosa comida china,  el cual era muy frecuentado por personas adultas, que les gustaba la tertulia, tomar café y cerveza, principalmente al salir de las funciones nocturnas de los cines antes mencionados. Se puede  decir que era un restaurante que aglutinaba a los bohemios del centro de la ciudad. Continuando sobre la sexta avenida se llegaba al famoso Hotel La Mansión San Francisco, frente a la Iglesia Santa Clara. Dicho hotel está operando actualmente con el nombre comercial Royal Palace.

 Después de la trece calle de la zona 1, está el Palacio de la Policía Nacional y en toda esa cuadra ya los almacenes eran más populares, donde sobresalía El Almacén El Favorito, a continuación estaba  El Cine Roxi, exactamente  frente al Palacio de la Policía Nacional. Después de la catorce calle se llegaba al Parque Concordia y más adelante el famoso restaurante de comida China Cantón, que recientemente acaba de cerrar sus puertas.

La Sexta Avenida en aquellas épocas era tan segura, que los matrimonios jóvenes salían  a sextear por las tardes y las noches,  porque era saludable para las señoras que estaban esperando bebé y además servía para socializar con otras parejas amigas en las mismas circunstancias.

La sexta avenida también servía para que los jóvenes y los no  tan jóvenes exhibieran sus carros y  sus motos. En  los 60’s llamaban la atención los Camaros Z-28, los Pontiac GTO, los Mustang GT y Match II, los Plymouth Fury, los Chevrolet Impala, los Chevrolet Corvette, los Dodge Dart, y los  Fords Fairlane y Falcon. Sin olvidar los famosos Mustang 1965 y los Fords Thunderbird 55, que llegaron a ser clásicos. Los muchachos que tenían carros convertibles eran la máxima  atracción de las patojas y la envidia de lo peatones reincidentes.

En cuanto a las motos de los 60’s, sexteaban los intrépidos motociclistas con las motos de la época, sobresaliendo las Triumph Tiger 200, las Gilera 175, las MV Augusta 175, las Horex Imperator 500, las Zundapp Trophy 250, las CZ – 250, las Jawa 250, las NSU 125 y 250 y las Harley Davidson, así como las  Indian. Los motociclistas les ponían basucas a sus motos para que hicieran un sonido más potente y estruendoso, la policía de la época no les decía nada.

Entre semana se sexteaba a partir de las 16: 00 horas de la tarde cuando los patojas de los colegios se paseaban por la sexta avenida al salir de clases y estas acciones duraban si mucho hasta las 17:30 horas, porque rápido se iban a sus casas o a tomar la camioneta que las llevaría a sus hogares. Los cantineadores profesionales o consuetudinarios, sí pernoctaban todas las tardes hasta aproximadamente las 20:00 horas.

En la Sexta Avenida antes Calle Real, siempre se han llevado acabo los acontecimientos más importantes  de cada época, tales como las Procesiones en Semana Santa, las Huelgas de Dolores de la USAC, las Protestas Populares, los Triunfos Deportivos y hasta los Minutos de Silencio impulsados por Manuel Cobos Batres en la época del Doctor  Arévalo.

 En aquellas épocas reinaba el compañerismo, el coqueteo, la amistad, el darse a conocer, el figurar, el estar al tanto de los noviazgos, los pleitos de parejas, las quemadas de canilla, los cuernos del venado, el chisme estudiantil, los asuntos  políticos,  había más intercambio social, chismográfico, actualidad, que otra cosa.

No era muy frecuente el uso de las cafeterías  como actualmente, las acciones y actividades comentadas anteriormente, se desarrollaban en las esquinas, donde se aglomeraban los grupos de amigos o amigas a realizar dichas actividades, más los chismes, lo más importante y sabroso de las tertulias grupales.

En conclusión: ¡Era muy  sabroso Sextear!

Así son las épocas y las modas: nacen, crecen, se desarrollan, maduran y mueren.

Sexta Avenida: ¡lástima que como distracción te fuiste! Ahí estás inerte y sin vida.

¡Revivámosla!