Jalapa Jutiapa Guatemala - 5ª Etapa VII Vuelta Ciclística a Guatemala – 1963
Mientras en el tercer período de la mañana don Eloy desgañita frente al pizarrón, tratando de explicarnos los misterios de la trigonometría de Anfosi, yo escucho la vuelta en el radio de transistores Hitachi, que tengo encendido desde que me desperté hoy por la mañana, cuando la madrina de deportes procedía a investir al líder con el suéter Quetzal en el parque central de Jalapa. A las 6:30am se dio el banderazo de salida y a esta hora, que son ya casi las 10 de la mañana, los competidores han recorrido únicamente 86Kms. La transmisión ha sido también más irregular que de costumbre, mucha estática en la narración y tramos realmente largos sin señal. Una etapa difícil aún para la afición. En la clase mantengo el aparato oculto bajo la camisa, pegado al estomago; para oírlo paso el cable del audífono bajo la chumpa.
Es la mañana de un soleado martes del mes de julio de 1963, el 30 para ser más exacto, se corre la 5ª. Etapa de la VII Vuelta Ciclística a Guatemala, comprendida entre Jalapa-Jutiapa-Guatemala, con un recorrido total de 180 kilómetros, 130 son de terracería y únicamente 50 están asfaltados, de Barberena a Guatemala. Irónicamente la meta de esta etapa, ubicada sobre la pista frente a la tribuna del “Majestuoso Estadio Nacional Olímpico Mateo Flores”, también se disputa sobre terracería.
Los pedalistas recorrerán en esta vuelta 1,507 Kms. distribuidos en 16 etapas, del 26 de julio al 11 de agosto, con dos días de descanso, uno en la capital, mañana miércoles 31 de julio, y otro después de la etapa Xela-San Pedro Sacatepéquez. La planificación y organización de esta vuelta recayó en Humberto Salazar Damas y la ejecución en Reginaldo Enríquez. De los países visitantes España, después de haber ganado Esteban Martín el año anterior la VI Vuelta, declinó ahora su participación en ésta y el equipo fuerte extranjero lo conforma el Instituto Nacional de la Juventud Mexicana (INJM) integrado por Sabás Cervantes, Melesio Soto, Filiberto Mercado y Luís Cuellar. (Sabás, igual que vino Martín el año pasado a quitarse la espina que le dejó Aureliano Cuque López en la V Vuelta, viene ahora a quitarse la que le dejó el español hace un año). Nos visita también Costa Rica, que trae en el veterano Emilio Artavia a su mejor carta. En el ámbito nacional la Cervecería Centroamericana se retiró como patrocinador de las cuartetas Gallo y en su lugar surgió el Imparcial-Kerns , apoyando 3 cuartetas, integradas por: “A” Juan José Pontaza , Carlos Raúl Célis, Joel Aquino y Ricardo Pontaza; “B” Carlos Rafael González, Manuel Enrique Arana, Carlos H. López y Eulalio Mejía; y “C” Aureliano Cuque López, Jorge Armas, Armando Paniagua y Leopoldo Marroquín. Los Pontaza y Mejía vienen del Teresa de Ávila y los demás del equipo Gallo.
Juan José Pontaza estrenó el suéter Quetzal en esta vuelta al ganar la 1ª etapa el pasado viernes en el circuito en Puerto Barrios, venciendo en cerrado sprint al bi-Campeón Nacional y compañero de equipo Carlos Raúl Célis. El mexicano Sabás Cervantes se apoderó temporalmente del suéter en la 2ª etapa, Puerto Barrios-Zacapa, ganada por su compatriota Filiberto Mercado. Pero en la 3ª etapa, Zacapa-Sanarate-Jalapa, empieza a vislumbrarse el poderío del dúo Pontaza-Aquino, quienes tempranamente se fugaron del pelotón y, a pesar de que al final Joel Aquino se rezagó 5 minutos respecto a pontacita, éste último ganó la etapa y recuperó el maillot de líder, que le fue impuesto nuevamente ayer lunes, antes del circuito “Manuel María Ávila Ayala” en la oriental ciudad de Jalapa, prueba de 50Kms que conquistó Carlos Raúl Célis , quien remató espectacularmente, arrancando del pelotón puntero a menos de 200 metros de la meta, sin producirse cambios significativos en la clasificación general individual.
Sintonizo la TGW, que este año ha preparado tres unidades móviles para la transmisión del “magno evento deportivo del año”. El radio charchalea ininteligible, sólo puedo a veces distinguir las notas marciales de la música con que la estación llena los vacíos de transmisión. Hace ya más de diez minutos desde que escuché la última comunicación comprensible de Marco Antonio Rodríguez, “La Voz de la Vuelta”, que envió mientras estaba de pie sobre el techo de una de las unidades móviles, escudriñando el cambiante y a trechos inhóspito, caluroso y polvoriento paisaje del oriente de la república. Le acompañan en su labor Mario Mendoza Hidalgo y Sergio Ramón Álvarez Jaramillo, este último responsable por los comerciales, comentarios y sección documental, quien es oriundo de “la capital del mundo”, Retalhuleu, y no pierde oportunidad de hacerlo saber a la afición. Atisban el horizonte buscando la caravana ciclística para llevarnos “paso a paso y pedalazo a pedalazo hasta el más ínfimo detalle de esta importante competencia”, trabajo que es obvio cumplen con mucho más placer que obligación y, debido a la tecnología de la época , más entusiasmo, entrega y profesionalismo que efectividad.
La voz pausada y serena de Álvarez Jaramillo se distingue sobre el ruido de la estática, explicando que desde el año anterior se comenta una curiosa coincidencia, las vueltas impares han sido ganadas por ciclistas nacionales y las pares por extranjeros, si esta tendencia continúa, la VII Vuelta es nuestra. Se interrumpe temporalmente la transmisión y se escucha música de relleno. Ahora tendré que esperar hasta que una de las unidades móviles vuelva a encontrar señal, mientras tanto don Eloy continúa discurriendo entre ángulos, catetos e hipotenusas y yo exteriorizo la más hipócrita de mis fachadas de atención, mirando al frente y esperando que no desconfíe de mi pasividad. Veo la clase como en una película muda, casi en cámara lenta, sin atención a lo que hace o explica. Pregunta algo al “choco” Zea, luego pasa el turno a Alpírez y continúa con Jorge Paniagua, después discute con “calaca” Cáceres y “motita” Granados, a quienes veo salir de la clase rezongando a dar vueltas a la pista. Hace unos minutos le hizo una pregunta a Caballeros, sentado a mi espalda, aquel es aplicado y responde rápidamente, pero pensando que me hablaba a mí casi me levanto a pedir que me repita, oportunamente el “chino” Penagos me puso la mano en el hombro para aquietarme y me preguntó por señas “¿Por donde vienen?”, Fritz Kihn y Carlos Luna me refrendan la pregunta, que respondo entre gestos y murmullos. No se si me entendieron pero me hacen mala cara.
Se escuchan voces en el audífono y nuevamente me pierdo en el influjo de la narración. Rodríguez informa que se encuentran fugados Sabás Cervantes, Joel Aquino, Juan José Pontaza, Melesio Soto y José Rolando Colop, quienes pasaron en ese orden por el premio de montaña en La Conora. Se posiciona a este grupo a unos 70kms de Guatemala, un poco antes de Los Esclavos. Los competidores se encuentran desperdigados de tal forma a lo largo del rústico trayecto que no se puede identificar un pelotón de persecución. El grupo más cercano a los punteros está integrado por Aureliano Cuque López, Diego González, Víctor Manuel Solórzano, Luís Enrique Pineda y los mexicanos Filiberto Mercado y Luís Cuellar, que se ubican 22 minutos detrás. A éstos les siguen a 3 minutos Ricardo Pontaza, Jorge Armas y Francisco Cuque Luna. Con 5 minutos de separación del grupo anterior se encuentran Carlos Rafael González, Carlos Raúl Célis, Jaime Duarte, Clodomiro Santos, Manuel E. Arana y José A. Bran. Los demás competidores se encuentran demasiado atrás y esparcidos sobre la ruta para establecer en este momento su posición y tiempos.
Mendoza Hidalgo se queja de dificultades para distinguir a los competidores, ya que los uniformes vienen manchados de tierra, polvo, sudor y líquidos que les lanzan a su paso los aficionados. Muchos de los números de identificación son ilegibles, añadiendo que algunos ciclistas muestran señales de agotamiento y encuentran en ciertos tramos grandes dificultades para desplazarse. Las unidades de abastecimiento y asistencia médica recorren la competencia de punta a punta, cambiando bicicletas, reparando accesorios y tubulares, atendiendo caídas y proveyendo alimentos e hidratantes. Debido a lo agreste de la ruta y la frecuencia de los pinchazos los ciclistas vienen preparados con tubulares de repuesto cruzados sobre el pecho, alimentos en las bolsas de la espalda y una caramañola en el timón y otra en el marco de la bicicleta.
La etapa de hoy es de alto grado de dificultad. Además de largo, el recorrido es en su mayoría sobre terracería, presenta sensibles cambios de temperatura y su geografía incluye empinadas montañas y peligrosas pendientes. El año pasado, al terminar la etapa Mazatenango-Escuintla fuimos a saludar a Pontacita, compañero en el Liceo San Luís de mi hermano Sergio. Se encontraban en la habitación Edwin Quezada (primo de Pontaza y también de Edgardo Cuevas) y Ricardo Pontaza, enyesado por la fractura de clavícula que sufrió, precisamente en la misma etapa que hoy se disputa, al caer en un barranco después de la Conora. Nos compartió que venía escapado con más de media hora de ventaja sobre Sabás, portador ese día del Suéter Quetzal, y a quien prácticamente ya le había quitado el liderato. Después de caer se levantó, consiguió otra bicicleta y siguió pedaleando, hasta que el Padre Julio González Célis lo detuvo al pasar por el parque de Cuilapa, allí tuvo que abandonar la vuelta. Ricardo había ganado la 2ª etapa, Puerto Barrios-Zacapa, y Juan José la 4ª, el circuito en Jalapa. Si Ricardo no se hubiera fracturado talvez hubiera mantenido la ventaja de tiempo que traía y la historia de la VI Vuelta hubiera sido diferente. Interrogantes que quedaron sin respuesta, abiertas a la imaginación. El español Ventura Díaz ganó la etapa y Juan José Pontaza hizo el 2º lugar el año pasado en esta largada.
Hay movimiento en la clase, el “negro” Menéndez se pone de pie y detrás sale el “cuchi” Penados, Chacín le da un coscorrón a Pichy, que va con Segovia, y sigue corriendo atrás del “tuto” Malouf. Ah, lo que pasa es que ya tocaron para el recreo de las 10:20. Me coloco entre Amaury, Close y Afre para que no me mire don Eloy sacar el radio y me voy a sentar a la gruta, en donde le quito el audífono y le subo todo el volumen. Vamos formando un pequeño grupo cerca de la Virgen en el que estamos Guillén, Gándara, Quiñónez, Meoño, Villanueva, “pepe” Muñoz y Salcedo. Los que juegan chamusca sobre la pista se acercan continuamente a preguntar por resultados: Camp…ollo, Tulio Benítez, Manolo Rodríguez, Quico Bernat, Salvador Pira, “vitamina” Urizar, el “general” Rubio, “moshy” Schmid y otros. Mientras tanto busco inútilmente a Roberto Barillas, empiezo peinando con la vista el patio frente a las aulas, en donde “charamila” echa un párrafo con don Feliciano, Tschen, Javora, Fanjul, Unda y el “cubano” planean algo; paseo la mirada hasta la tienda, allí la “pulga” Asturias explica algo a Girón y “califa”, quien observa detenidamente la punta de sus botas y Aldana pide tortrix en la tienda, delante de Nadalini, Ezzio, Urrutia y “mito”; el “loco” Linares, “pepe” Molina, el “cangrejo” Samayoa y la “gata” Palacios discuten acaloradamente; en las canchas de básquet juegan Casellas, Esmenjaud, Quico Castillo y Alpírez; volteo lentamente hacia el campo de fútbol, en donde están los más destacados de este deporte: “chema” Teixidor, “pico” Estrada, Carlos Ramos, Kenneth Ellis, el “cholón” Luna, “lencho” Palencia, “chomin” Garoz, el “negro” Soto (33), “pepe” Enríquez, el “padre” Gómez, Fernando Arellano, Walter Curley, Mario Menegazzo y el sapo Castro, hasta “pichy” y el gordo Barrera están por allí, pero de “robi” nada, no está. Quedamos el viernes que hoy iríamos al estadio a mediodía, pero desde ayer lunes que no viene al colegio. No se que pasó. Don Roberto Barillas padre es el gerente de Sterling Products, que promueve Mejoral, Tónico Vigorón, y Sal Andrews en la vuelta, y “robi” dijo que talvez podríamos entrar hasta la meta.
Termina el recreo cuando suena el timbre de las 10:30 y entramos al período de Ciencias Naturales, don Eloy reparte un cuestionario y nos vigila de pie, ubicándose precisamente al final de mi fila. No logro oír el radio durante este período. Cuando al fin suena el timbre del rosario, salimos con Guillén y Gándara por la puerta de la 10ª avenida, ni don Julio ni don Darío están en sus oficinas, únicamente Eugenio, Vielman y la foto de Paulo VI, colgada en la dirección, que nos echa miradas recriminadoras. Cruzamos a la carreta de los hotdogs, que hoy hace mucho más negocio que el acostumbrado, aprovisionándonos con sendos specials y grapettes, mientras escuchamos que el grupo de punteros pasó hace ½ hora por Barberena y enfilan ahora sobre carretera asfaltada hacia el premio de montaña en Canchón; de allí continuarán a Puerta Parada, de donde bajarán a la capital, por lo que estiman en aproximadamente 1 hora su llegada al Mateo Flores.
Caminamos lentamente hacia el estadio, disfrutando el ambiente de festejo y antelación que provoca la llegada de la caravana ciclística, los transeúntes y comercios permanecen a la expectativa de la transmisión, las sirenas que por casualidad se escuchan confunden y aumentan la ansiedad de los aficionados, los motoristas y ciclistas particulares que pasan son aplaudidos y abucheados entre los nervios y bromas de un tráfico peatonal y vehicular mayor que el acostumbrado. Observamos desde “La Antorcha” a los policías, uniformados de verde, pitando continuamente sus gorgoritos mientras dirigen la circulación, que a veces parece que entorpecen en vez de mejorar. Tratan de mantener libre de vehículos y espectadores los portones de acceso a la pista del estadio, por donde entrarán los ciclistas a disputar la meta. Nos apresuramos al enterarnos que Juan José Pontaza, Sabás Cervantes y Joel Aquino se “sacudieron” al resto de pedalistas un poco antes de Canchón y pasaron solos, en ese orden, por el premio de montaña y vienen ya por el mirador, bajando “meteóricamente”, según expresión de Marco A. Rodríguez, hacia Guatemala.
Llegamos ante la taquilla a las 12:15, cuando escuchamos que dejan la 20 calle, pasan frente al obelisco y enfilan por la Reforma hacia el Mateo Flores. Altavoces, sirenas y bocinas se aúnan a la algarabía del público, presintiéndose que la caravana está ya muy cerca. Encontramos lugar en la gradería de general; está ingresando el vehículo insignia, una Chevrolet Apache último modelo, roja con inscripciones blancas, que se parquea al centro de la cancha. Lleva dos antenas cromadas empinadas hacia el cielo y resonantes altavoces orientados a los cuatro puntos cardinales, por los que lanza ensordecedores comerciales y mensajes de los patrocinadores, alternados con música e información de la competencia, que se entremezclan con el penetrante sonido de su sirena. Llegan ahora también los cronistas deportivos en una de las unidades móviles de TGW, su mensaje amplificado en los altoparlantes hace el efecto de eco en nuestros radios. Pocos momentos después se escucha la sirena e inmediatamente surge de la rampa de acceso la pesada Harley Davidson del motorista de la Policía Nacional que abre la punta de la competencia, lo que intensifica las emociones y hace que todo el estadio se ponga de pie, anticipando el desenlace. Unos pocos metros detrás de él hace su ingreso Juan José Pontaza, portador del Suéter blanco Quetzal (muy sucio hoy), quien, por la velocidad que trae se desequilibra un poco al contactar su tubular delantero la tierra de la pista, lo que hace al público enmudecer por unos instantes, pero rápidamente recupera el balance y continúa en búsqueda de la meta, ubicada frente a la tribuna; al unísono se escucha un suspiro general de alivio y satisfacción. 25 segundos después llega Joel Aquino y pasa casi 1 minuto hasta que emerge de la rampa el emblemático y temido suéter verde, blanco y colorado del mexicano Sabás Cervantes, cuando Pontaza está ya cruzando la línea de meta, deteniendo los cronómetros a las 12:26:37, estableciendo para la etapa un tiempo ya bonificado de 5h 56m 23s. El público emocionado vitorea apoteósicamente en una sola voz a Pontacita, ganador de la etapa y líder actual de la VII Vuelta, quien además ha ganado, hasta el día de hoy, 3 de las 5 etapas celebradas.
A todo esto aparece “robi”, bajándose del Pontiac Laurentian de su papá, que dejan estacionado sobre la gramilla, junto a la unidad móvil de TGW y de los demás vehículos que continúan ingresando al estadio y que, igual que los ciclistas, muestran el duro rigor de la jornada en el polvo y suciedad que los cubre. La cancha se va poblando con los jueces, comisarios, patrocinadores, periodistas, madrinas, animadoras (hoy edecanes), cronistas deportivos y directivos, entre los que se pueden mencionar a Reginaldo Enríquez, “suso” Luchtan, Manuel Marroquín Ortega, Juan Luís Silíezar, Blas Quaglieri y “pepe” Casés, entre otros. En la embriaguez del triunfo los aficionados, rodeados de madrinas y edecanes, inundan la pista, cargando en hombros al vencedor en la tradicional vuelta olímpica. Somos testigos fortuitos de una etapa histórica en el ciclismo guatemalteco, de las páginas de oro de las vueltas a Guatemala, de esas de difícil repetición, presenciamos “La Fiesta del Pedal en su Máximo Esplendor”.
Por increíble que parezca, a las 2 menos cuarto que nos retiramos para llegar a las clases de la tarde aún continúan ingresando pedalistas; no es sino hasta que ya casi hemos llegado a la puerta de secundaria que pasa en solitario el último de los competidores, Luciano Morales, “La Golondrina Solitaria” de Escuintla, escoltado en retaguardia por la ambulancia que cierra la competencia. Entramos cuando ya el lastimero sollozo de la sirena se va apagando en dirección hacia la meta. Mañana hay descanso y el jueves se corre el Circuito “Jorge Surqué”, que se desarrolla frente al colegio, no habrá clases por la mañana.
¿¿¿¿¿Continuará????? Julio César Prado Sánchez. Pittsburgh, 28 de julio de 2007.
Es la mañana de un soleado martes del mes de julio de 1963, el 30 para ser más exacto, se corre la 5ª. Etapa de la VII Vuelta Ciclística a Guatemala, comprendida entre Jalapa-Jutiapa-Guatemala, con un recorrido total de 180 kilómetros, 130 son de terracería y únicamente 50 están asfaltados, de Barberena a Guatemala. Irónicamente la meta de esta etapa, ubicada sobre la pista frente a la tribuna del “Majestuoso Estadio Nacional Olímpico Mateo Flores”, también se disputa sobre terracería.
Los pedalistas recorrerán en esta vuelta 1,507 Kms. distribuidos en 16 etapas, del 26 de julio al 11 de agosto, con dos días de descanso, uno en la capital, mañana miércoles 31 de julio, y otro después de la etapa Xela-San Pedro Sacatepéquez. La planificación y organización de esta vuelta recayó en Humberto Salazar Damas y la ejecución en Reginaldo Enríquez. De los países visitantes España, después de haber ganado Esteban Martín el año anterior la VI Vuelta, declinó ahora su participación en ésta y el equipo fuerte extranjero lo conforma el Instituto Nacional de la Juventud Mexicana (INJM) integrado por Sabás Cervantes, Melesio Soto, Filiberto Mercado y Luís Cuellar. (Sabás, igual que vino Martín el año pasado a quitarse la espina que le dejó Aureliano Cuque López en la V Vuelta, viene ahora a quitarse la que le dejó el español hace un año). Nos visita también Costa Rica, que trae en el veterano Emilio Artavia a su mejor carta. En el ámbito nacional la Cervecería Centroamericana se retiró como patrocinador de las cuartetas Gallo y en su lugar surgió el Imparcial-Kerns , apoyando 3 cuartetas, integradas por: “A” Juan José Pontaza , Carlos Raúl Célis, Joel Aquino y Ricardo Pontaza; “B” Carlos Rafael González, Manuel Enrique Arana, Carlos H. López y Eulalio Mejía; y “C” Aureliano Cuque López, Jorge Armas, Armando Paniagua y Leopoldo Marroquín. Los Pontaza y Mejía vienen del Teresa de Ávila y los demás del equipo Gallo.
Juan José Pontaza estrenó el suéter Quetzal en esta vuelta al ganar la 1ª etapa el pasado viernes en el circuito en Puerto Barrios, venciendo en cerrado sprint al bi-Campeón Nacional y compañero de equipo Carlos Raúl Célis. El mexicano Sabás Cervantes se apoderó temporalmente del suéter en la 2ª etapa, Puerto Barrios-Zacapa, ganada por su compatriota Filiberto Mercado. Pero en la 3ª etapa, Zacapa-Sanarate-Jalapa, empieza a vislumbrarse el poderío del dúo Pontaza-Aquino, quienes tempranamente se fugaron del pelotón y, a pesar de que al final Joel Aquino se rezagó 5 minutos respecto a pontacita, éste último ganó la etapa y recuperó el maillot de líder, que le fue impuesto nuevamente ayer lunes, antes del circuito “Manuel María Ávila Ayala” en la oriental ciudad de Jalapa, prueba de 50Kms que conquistó Carlos Raúl Célis , quien remató espectacularmente, arrancando del pelotón puntero a menos de 200 metros de la meta, sin producirse cambios significativos en la clasificación general individual.
Sintonizo la TGW, que este año ha preparado tres unidades móviles para la transmisión del “magno evento deportivo del año”. El radio charchalea ininteligible, sólo puedo a veces distinguir las notas marciales de la música con que la estación llena los vacíos de transmisión. Hace ya más de diez minutos desde que escuché la última comunicación comprensible de Marco Antonio Rodríguez, “La Voz de la Vuelta”, que envió mientras estaba de pie sobre el techo de una de las unidades móviles, escudriñando el cambiante y a trechos inhóspito, caluroso y polvoriento paisaje del oriente de la república. Le acompañan en su labor Mario Mendoza Hidalgo y Sergio Ramón Álvarez Jaramillo, este último responsable por los comerciales, comentarios y sección documental, quien es oriundo de “la capital del mundo”, Retalhuleu, y no pierde oportunidad de hacerlo saber a la afición. Atisban el horizonte buscando la caravana ciclística para llevarnos “paso a paso y pedalazo a pedalazo hasta el más ínfimo detalle de esta importante competencia”, trabajo que es obvio cumplen con mucho más placer que obligación y, debido a la tecnología de la época , más entusiasmo, entrega y profesionalismo que efectividad.
La voz pausada y serena de Álvarez Jaramillo se distingue sobre el ruido de la estática, explicando que desde el año anterior se comenta una curiosa coincidencia, las vueltas impares han sido ganadas por ciclistas nacionales y las pares por extranjeros, si esta tendencia continúa, la VII Vuelta es nuestra. Se interrumpe temporalmente la transmisión y se escucha música de relleno. Ahora tendré que esperar hasta que una de las unidades móviles vuelva a encontrar señal, mientras tanto don Eloy continúa discurriendo entre ángulos, catetos e hipotenusas y yo exteriorizo la más hipócrita de mis fachadas de atención, mirando al frente y esperando que no desconfíe de mi pasividad. Veo la clase como en una película muda, casi en cámara lenta, sin atención a lo que hace o explica. Pregunta algo al “choco” Zea, luego pasa el turno a Alpírez y continúa con Jorge Paniagua, después discute con “calaca” Cáceres y “motita” Granados, a quienes veo salir de la clase rezongando a dar vueltas a la pista. Hace unos minutos le hizo una pregunta a Caballeros, sentado a mi espalda, aquel es aplicado y responde rápidamente, pero pensando que me hablaba a mí casi me levanto a pedir que me repita, oportunamente el “chino” Penagos me puso la mano en el hombro para aquietarme y me preguntó por señas “¿Por donde vienen?”, Fritz Kihn y Carlos Luna me refrendan la pregunta, que respondo entre gestos y murmullos. No se si me entendieron pero me hacen mala cara.
Se escuchan voces en el audífono y nuevamente me pierdo en el influjo de la narración. Rodríguez informa que se encuentran fugados Sabás Cervantes, Joel Aquino, Juan José Pontaza, Melesio Soto y José Rolando Colop, quienes pasaron en ese orden por el premio de montaña en La Conora. Se posiciona a este grupo a unos 70kms de Guatemala, un poco antes de Los Esclavos. Los competidores se encuentran desperdigados de tal forma a lo largo del rústico trayecto que no se puede identificar un pelotón de persecución. El grupo más cercano a los punteros está integrado por Aureliano Cuque López, Diego González, Víctor Manuel Solórzano, Luís Enrique Pineda y los mexicanos Filiberto Mercado y Luís Cuellar, que se ubican 22 minutos detrás. A éstos les siguen a 3 minutos Ricardo Pontaza, Jorge Armas y Francisco Cuque Luna. Con 5 minutos de separación del grupo anterior se encuentran Carlos Rafael González, Carlos Raúl Célis, Jaime Duarte, Clodomiro Santos, Manuel E. Arana y José A. Bran. Los demás competidores se encuentran demasiado atrás y esparcidos sobre la ruta para establecer en este momento su posición y tiempos.
Mendoza Hidalgo se queja de dificultades para distinguir a los competidores, ya que los uniformes vienen manchados de tierra, polvo, sudor y líquidos que les lanzan a su paso los aficionados. Muchos de los números de identificación son ilegibles, añadiendo que algunos ciclistas muestran señales de agotamiento y encuentran en ciertos tramos grandes dificultades para desplazarse. Las unidades de abastecimiento y asistencia médica recorren la competencia de punta a punta, cambiando bicicletas, reparando accesorios y tubulares, atendiendo caídas y proveyendo alimentos e hidratantes. Debido a lo agreste de la ruta y la frecuencia de los pinchazos los ciclistas vienen preparados con tubulares de repuesto cruzados sobre el pecho, alimentos en las bolsas de la espalda y una caramañola en el timón y otra en el marco de la bicicleta.
La etapa de hoy es de alto grado de dificultad. Además de largo, el recorrido es en su mayoría sobre terracería, presenta sensibles cambios de temperatura y su geografía incluye empinadas montañas y peligrosas pendientes. El año pasado, al terminar la etapa Mazatenango-Escuintla fuimos a saludar a Pontacita, compañero en el Liceo San Luís de mi hermano Sergio. Se encontraban en la habitación Edwin Quezada (primo de Pontaza y también de Edgardo Cuevas) y Ricardo Pontaza, enyesado por la fractura de clavícula que sufrió, precisamente en la misma etapa que hoy se disputa, al caer en un barranco después de la Conora. Nos compartió que venía escapado con más de media hora de ventaja sobre Sabás, portador ese día del Suéter Quetzal, y a quien prácticamente ya le había quitado el liderato. Después de caer se levantó, consiguió otra bicicleta y siguió pedaleando, hasta que el Padre Julio González Célis lo detuvo al pasar por el parque de Cuilapa, allí tuvo que abandonar la vuelta. Ricardo había ganado la 2ª etapa, Puerto Barrios-Zacapa, y Juan José la 4ª, el circuito en Jalapa. Si Ricardo no se hubiera fracturado talvez hubiera mantenido la ventaja de tiempo que traía y la historia de la VI Vuelta hubiera sido diferente. Interrogantes que quedaron sin respuesta, abiertas a la imaginación. El español Ventura Díaz ganó la etapa y Juan José Pontaza hizo el 2º lugar el año pasado en esta largada.
Hay movimiento en la clase, el “negro” Menéndez se pone de pie y detrás sale el “cuchi” Penados, Chacín le da un coscorrón a Pichy, que va con Segovia, y sigue corriendo atrás del “tuto” Malouf. Ah, lo que pasa es que ya tocaron para el recreo de las 10:20. Me coloco entre Amaury, Close y Afre para que no me mire don Eloy sacar el radio y me voy a sentar a la gruta, en donde le quito el audífono y le subo todo el volumen. Vamos formando un pequeño grupo cerca de la Virgen en el que estamos Guillén, Gándara, Quiñónez, Meoño, Villanueva, “pepe” Muñoz y Salcedo. Los que juegan chamusca sobre la pista se acercan continuamente a preguntar por resultados: Camp…ollo, Tulio Benítez, Manolo Rodríguez, Quico Bernat, Salvador Pira, “vitamina” Urizar, el “general” Rubio, “moshy” Schmid y otros. Mientras tanto busco inútilmente a Roberto Barillas, empiezo peinando con la vista el patio frente a las aulas, en donde “charamila” echa un párrafo con don Feliciano, Tschen, Javora, Fanjul, Unda y el “cubano” planean algo; paseo la mirada hasta la tienda, allí la “pulga” Asturias explica algo a Girón y “califa”, quien observa detenidamente la punta de sus botas y Aldana pide tortrix en la tienda, delante de Nadalini, Ezzio, Urrutia y “mito”; el “loco” Linares, “pepe” Molina, el “cangrejo” Samayoa y la “gata” Palacios discuten acaloradamente; en las canchas de básquet juegan Casellas, Esmenjaud, Quico Castillo y Alpírez; volteo lentamente hacia el campo de fútbol, en donde están los más destacados de este deporte: “chema” Teixidor, “pico” Estrada, Carlos Ramos, Kenneth Ellis, el “cholón” Luna, “lencho” Palencia, “chomin” Garoz, el “negro” Soto (33), “pepe” Enríquez, el “padre” Gómez, Fernando Arellano, Walter Curley, Mario Menegazzo y el sapo Castro, hasta “pichy” y el gordo Barrera están por allí, pero de “robi” nada, no está. Quedamos el viernes que hoy iríamos al estadio a mediodía, pero desde ayer lunes que no viene al colegio. No se que pasó. Don Roberto Barillas padre es el gerente de Sterling Products, que promueve Mejoral, Tónico Vigorón, y Sal Andrews en la vuelta, y “robi” dijo que talvez podríamos entrar hasta la meta.
Termina el recreo cuando suena el timbre de las 10:30 y entramos al período de Ciencias Naturales, don Eloy reparte un cuestionario y nos vigila de pie, ubicándose precisamente al final de mi fila. No logro oír el radio durante este período. Cuando al fin suena el timbre del rosario, salimos con Guillén y Gándara por la puerta de la 10ª avenida, ni don Julio ni don Darío están en sus oficinas, únicamente Eugenio, Vielman y la foto de Paulo VI, colgada en la dirección, que nos echa miradas recriminadoras. Cruzamos a la carreta de los hotdogs, que hoy hace mucho más negocio que el acostumbrado, aprovisionándonos con sendos specials y grapettes, mientras escuchamos que el grupo de punteros pasó hace ½ hora por Barberena y enfilan ahora sobre carretera asfaltada hacia el premio de montaña en Canchón; de allí continuarán a Puerta Parada, de donde bajarán a la capital, por lo que estiman en aproximadamente 1 hora su llegada al Mateo Flores.
Caminamos lentamente hacia el estadio, disfrutando el ambiente de festejo y antelación que provoca la llegada de la caravana ciclística, los transeúntes y comercios permanecen a la expectativa de la transmisión, las sirenas que por casualidad se escuchan confunden y aumentan la ansiedad de los aficionados, los motoristas y ciclistas particulares que pasan son aplaudidos y abucheados entre los nervios y bromas de un tráfico peatonal y vehicular mayor que el acostumbrado. Observamos desde “La Antorcha” a los policías, uniformados de verde, pitando continuamente sus gorgoritos mientras dirigen la circulación, que a veces parece que entorpecen en vez de mejorar. Tratan de mantener libre de vehículos y espectadores los portones de acceso a la pista del estadio, por donde entrarán los ciclistas a disputar la meta. Nos apresuramos al enterarnos que Juan José Pontaza, Sabás Cervantes y Joel Aquino se “sacudieron” al resto de pedalistas un poco antes de Canchón y pasaron solos, en ese orden, por el premio de montaña y vienen ya por el mirador, bajando “meteóricamente”, según expresión de Marco A. Rodríguez, hacia Guatemala.
Llegamos ante la taquilla a las 12:15, cuando escuchamos que dejan la 20 calle, pasan frente al obelisco y enfilan por la Reforma hacia el Mateo Flores. Altavoces, sirenas y bocinas se aúnan a la algarabía del público, presintiéndose que la caravana está ya muy cerca. Encontramos lugar en la gradería de general; está ingresando el vehículo insignia, una Chevrolet Apache último modelo, roja con inscripciones blancas, que se parquea al centro de la cancha. Lleva dos antenas cromadas empinadas hacia el cielo y resonantes altavoces orientados a los cuatro puntos cardinales, por los que lanza ensordecedores comerciales y mensajes de los patrocinadores, alternados con música e información de la competencia, que se entremezclan con el penetrante sonido de su sirena. Llegan ahora también los cronistas deportivos en una de las unidades móviles de TGW, su mensaje amplificado en los altoparlantes hace el efecto de eco en nuestros radios. Pocos momentos después se escucha la sirena e inmediatamente surge de la rampa de acceso la pesada Harley Davidson del motorista de la Policía Nacional que abre la punta de la competencia, lo que intensifica las emociones y hace que todo el estadio se ponga de pie, anticipando el desenlace. Unos pocos metros detrás de él hace su ingreso Juan José Pontaza, portador del Suéter blanco Quetzal (muy sucio hoy), quien, por la velocidad que trae se desequilibra un poco al contactar su tubular delantero la tierra de la pista, lo que hace al público enmudecer por unos instantes, pero rápidamente recupera el balance y continúa en búsqueda de la meta, ubicada frente a la tribuna; al unísono se escucha un suspiro general de alivio y satisfacción. 25 segundos después llega Joel Aquino y pasa casi 1 minuto hasta que emerge de la rampa el emblemático y temido suéter verde, blanco y colorado del mexicano Sabás Cervantes, cuando Pontaza está ya cruzando la línea de meta, deteniendo los cronómetros a las 12:26:37, estableciendo para la etapa un tiempo ya bonificado de 5h 56m 23s. El público emocionado vitorea apoteósicamente en una sola voz a Pontacita, ganador de la etapa y líder actual de la VII Vuelta, quien además ha ganado, hasta el día de hoy, 3 de las 5 etapas celebradas.
A todo esto aparece “robi”, bajándose del Pontiac Laurentian de su papá, que dejan estacionado sobre la gramilla, junto a la unidad móvil de TGW y de los demás vehículos que continúan ingresando al estadio y que, igual que los ciclistas, muestran el duro rigor de la jornada en el polvo y suciedad que los cubre. La cancha se va poblando con los jueces, comisarios, patrocinadores, periodistas, madrinas, animadoras (hoy edecanes), cronistas deportivos y directivos, entre los que se pueden mencionar a Reginaldo Enríquez, “suso” Luchtan, Manuel Marroquín Ortega, Juan Luís Silíezar, Blas Quaglieri y “pepe” Casés, entre otros. En la embriaguez del triunfo los aficionados, rodeados de madrinas y edecanes, inundan la pista, cargando en hombros al vencedor en la tradicional vuelta olímpica. Somos testigos fortuitos de una etapa histórica en el ciclismo guatemalteco, de las páginas de oro de las vueltas a Guatemala, de esas de difícil repetición, presenciamos “La Fiesta del Pedal en su Máximo Esplendor”.
Por increíble que parezca, a las 2 menos cuarto que nos retiramos para llegar a las clases de la tarde aún continúan ingresando pedalistas; no es sino hasta que ya casi hemos llegado a la puerta de secundaria que pasa en solitario el último de los competidores, Luciano Morales, “La Golondrina Solitaria” de Escuintla, escoltado en retaguardia por la ambulancia que cierra la competencia. Entramos cuando ya el lastimero sollozo de la sirena se va apagando en dirección hacia la meta. Mañana hay descanso y el jueves se corre el Circuito “Jorge Surqué”, que se desarrolla frente al colegio, no habrá clases por la mañana.
¿¿¿¿¿Continuará????? Julio César Prado Sánchez. Pittsburgh, 28 de julio de 2007.
8 Comments:
Querido Julio César: qué excelente artículo. Veo que consultaste algunas fuentes escritas, pero por la memoria que te manejás y por lo pasión que siempre has sentido por el deporte de la cicle, pienso que en realidad no son fundamentales.
En todo caso, nos devolvés a la época de gloria del ciclismo chapín y a esa étapa (mítica la llamaría algún cronista o comentarista español) de Jalapa a Guatemala, llamada el cementerio de los tubulares, por la cantidad de pinchazos que sufrían los esforzados corredores, con sus legendarias cumbres (puertos de montaña en la terminología europea) del Canchón y la Conora.
Creo que esa y la de María Tecún eran las de, diríase ahora, extrema dificultad o etapas reina de la vuelta. Vuelta que era tan cercana a todos nosotros por varias razones: tu afición al ciclismo; la participación del papá de Robi Barillas; el hecho de que en el Liceo había en ese entonces frecuentes carreras de pista (que tenían como protagonistas al Sholón Porras, "Fransuá" Berger y al Chucho Goubaud, entre otros) y principalmente porque en día de clases pasaba al menos dos veces frente al Liceo y la última etapa, siempre ganada por Florencio Alvarado de la cuarteta de la PN, también la íbamos a ver a la banqueta del Liceo.
En fin, qué buenos recuerdos, con nombres que ya ni de rebote podía uno traerlos, como Esteban Martín, el ganador hispano de una de las vueltas, o de los mexicanos Melesio Soto y Filiberto Mercado, así como la participación del Padre Julio de la Parroquia, como patrocinador del equipo Teresa de Avila, y la mención del cierre del equipo Gallo, por el que pasaron apuros muchos de nuestros buenos penalistas cuando perdieron el patrocinio del monopolio cervecero, cuyos propietarios (pobrecitos ellos) ya no pudieron continuar soltando los lenes para costear el sueldo de Blas Quaglieri, los suplementos alimenticios que les daban a los corredores (ya existía la Incaparina que ellos mismo fabricaban) y las dos semanas de concentración que les financiaban antes de cada vuelta, así como la compra de las cicles que fabricaba el mismo Blas, y alguno que otro gasto, pues los muchachos tenían que cumplir con su respectivo trabajo en la finca El Zapote (lamentablemente en esa época no existía el ISR, pues podrían haber deducido en su declaración el costo del patrocinio.
Así que, de mi parte, si podés enviarnos otras crónicas similares, pues bienvenidas sean. En cuanto al otro correo, te cuento que se te adelantó Charamila, hace por lo menos unos tres años, cuando nos mandó una carta con un texto parecido, acompañada de la foto del pelotón (no de persecución, sino que digno de ser perseguido) en media pelota. Abrazos, LF
By Promo66, at 11:13 p.m.
hola buena tarde mi nombre es gerson arana hijo de manuel e.arana
campeon nacional de ruta durante tres años concecutivos si ud. quiere mas informacion yo le puedo proporcionar sin ningun problema y fotos para que las publique me puede escribir a mi correo gersonciclismo@hotmail.com
By Anónimo, at 6:38 p.m.
Estimado Gerson:
Gracias por su ofrecimiento y por demás está decirlo que me interesa mucho ver las fotografías y documentación que tiene usted de su papá.
Yo vivo en Pittsburgh, Pennsylvania (USA), y creo que este año voy a estar en Guatemala a finales de noviembre, por lo que si fuera posible me gustaría mucho reunirme con usted para conocernos y conversar personalmente, además de ver la información que usted tiene.
Tuve la oportunidad hará unos 6 o 7 años de saludar a su papá en la Federación Nacional de Ciclismo, en donde creo que él trabajaba en esos años, junto al también campeón de aquellos tiempos, Jorge Armas. (Ganador de la 1ra etapa de la 1ra vuelta Ciclística a Guatemala)
No sé si estoy equivocado, y eso sería lo mejor, me contaron unos amigos que su papá había fallecido, lo cual me causó mucha tristeza, pero al final de cuentas es el destino de todos los humanos. Si eso es cierto mi sentido pésame para usted y su familia.
Recuerdo a su papá como un excelente velocista y sprinter, que siempre esperábamos verlo disputando la meta con Carlos Rafael González, Carlos Raúl Célis o Carlos H. López, entre otros. Aunque se inició en la zona 6 con el Teresa de Ávila, creo que sus mejores momentos los vivió en el equipo Gallo, al lado de Jorge Surqué y Aureliano Cuque López, aunque también dio muchos triunfos al Imparcial Kern´s, siempre bajo la dirección Blas.
Entre mis más preciados documentos que guardaba en Guatemala tenía una copia de Estrellas del Deporte, un suplemento del diario el Gráfico que circulaba allá por los 60s, en los que se enumeraban las glorias de esos grandes ciclistas, en las que estaba incluido el gran Manuel Enrique Arana, con triunfos muy significativos también el extranjero, especialmente en esas grandes largadas de las etapas de la Vuelta de la Juventud Mexicana.
Espero saludarlo pronto personalmente,
Cordialmente,
Julio César Prado S.
By Promo66, at 4:36 p.m.
Agradezco al autor de este recuento del aquel memorable acontecimiento, en el que partciparon los mas grandes ASTROS DEL PEDAL Recuerdo muy bien la emociòn que vivimos quienes amamos ese deporte, ese grandioso dia cuando corrieron la memorable etapa desde mi pueblo: Jalapa hasta el monumental Mateo Flores. Veo con tristeza que muchos de los personajes que menciona, ya partieron el la "etapa final" de sus vidas, pero nos dejaron recuerdos muy gratos que jamas podremos olvidar.Podrìa publicar algunas fotos?
Saludos afectuosos.
Ricky Lorenzana
rlorenza@msn.com
By Anónimo, at 10:05 p.m.
Negrito,como siempre fuera de serie, me pareció al leerlo que lo estaba viviendo nuevamente. Se pone la piel de gallina. Sería excelente hacer algún contacto para que se pudiera publicar en algunos de los medios escritos locales.
Estoy llamando ahorita a Pontacita para contarle y tratar de enviárselo, así para preguntarle cómo va en su evento ya no supe nada.
Ya te cuento.
Saludos.
CRLuna.
By Unknown, at 12:06 p.m.
vuelvo a leerlo Negro, y como si fuera ayer, gracias por tu esfuerzo y por los buenos recuerdos de una época de ORO para todos nosotros.
Edgardo
By Edgardo, at 7:10 p.m.
Estimado amigo, yo estuve cubriendo esa vuelta para Prensa Libre y muchas otras en Guatemala y México, soy íntimo amigo de Juan José Pontaza y lo considero como el mejor exponente del ciclcismo nacional. Tengo 53 años de ser periodista y he trabajado en todos los medios, ahora a mis 73 años soy el editor de Diario de Centro América en donde el próximo lunes oublicaré un reportaje del ciclismo nacional, espero lo lea: Hasta pronto
By Unknown, at 8:45 a.m.
Saludos
¡Qué bella narración!
Escribo desde El Salvador y me he transportado a aquellos días en los que todos en la familia nos reuníamos alrededor del radio a escuchar las emocionantísimas transmisiones de la la TGW a la espectativa de lo que "los chapines" podrían hacer ante los ciclistas extranjeros, y vaya que hacían mucho los Pontaza, Cuque López, Saturnino y Benigno Rustrián,Surqué, etc.
Me gustaría contactar con quienes hayan disfrutado esa época del ciclismo (tomarka48@yahoo.es)
Un Saludo cariñoso desde aquí.
Juan Fco. Molina C.
Ex-seleccionado nacional
By Unknown, at 11:36 a.m.
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