PROMO66 LICEO GUATEMALA

martes, noviembre 14, 2006

Entorno Histórico y Político Promoción 66

Por: Lic. Luis Felipe Linares

V.J.M.J. Guatemala, 10 de octubre de 2001.

ENTORNO HISTORICO Y POLÍTICO PROMOCION 66

LICEO GUATEMALA - Años 1957 y 1958

Parte II

En Enero de 1957 ingresamos a 2do. Grado, año en que a don Miguel le sustituye como director el Hermano Heliodoro Bravo[1] V. ¿Se acuerdan de él? Un señor que era la simpatía andante y que poseía un agudo sentido del humor, se mantenía colorado de la risa y contando chistes.

El Hermano Rodolfo (don Chofo), quien ya aparentaba los 90 años que hoy debe tener, era profesor de 2º “A”. Jan Stanislao Javora Drapalova supera ese año con creces a Pablo José Ricica Siskova y se apodera de la banda de excelencia de 2º “A”. Oscar Asturias hace lo propio en 2º “B”. Armando Díez Pérez (quien probablemente era familiar de nuestro aplicado y locuaz compañero Luis) sustituye como abanderado del Colegio a Roberto “Toto” Molina Bolaños, hermano mayor de nuestro condiscipulo Luis Rodolfo, bastantes años antes que don Sevilla le bautizase como “Pepe Gallinazo”, sobrenombre que por la ley del menor esfuerzo quedó reducido a Pepe, aunque algunos malcabrestos insisten en llamarle Popoyón.

Entre los acontecimientos mundiales que disputaban notoriedad a nuestros logros en la incruenta pero tenaz guerra con las letras y los números, figura en primer lugar el inicio de la carrera por la conquista del espacio, con una primera etapa ganada por los soviéticos, al lanzar el Sputnik, el 4 de octubre de 1957.

Empezábamos a interesarnos en el fútbol y a oír en el bus las pláticas de rojos y cremas. Los partidos de la liga mayor se disputaban aún en el estadio Autonomía[2], frente a la Penitenciaría[3] Central. Obviamente Municipal y Comunicaciones eran ya los clásicos, aunque los cocoteros de Escuintla les seguían muy de cerca (esto último de acuerdo con la muy discutible opinión del Negro Prado). Carlos “Pepino” Toledo, Mario Camposeco, “Tacuazín” Ortiz, “El Soldado de León”, la “Chapuda Morales, “Tarzán Segura” y “Neco” González, eran las grandes figuras de la llamada (un poco exageradamente a juzgar por sus logros internacionales) “Epoca de Oro” del fútbol guatemalteco. Destacan en esa época también, ahí si a nivel internacional, con sus victorias en la Maratón de Boston y en los Juegos Panamericanos, los fondistas Mateo Flores y Luis H. Velásquez. La Capilla del Colegio aún no estaba terminada, la primera comunión se hizo cuando todavía no estaba instalado el piso. Si recuerdan se regó un montón de pino para disimularlo.

En ciclismo internacional el legendario francés Jacques Anquetil consigue ganar por vez primera[4] el Maillot Amarillo[5], que distingue al triunfador del Tour de France, el cual le es impuesto al terminar la prueba en el Parque de los Príncipes, en París; el hispano Federico Bahamontes[6], el “Aguila de Toledo”, se corona indiscutible Campeón de Montaña del mismo evento, probando sus capacidades en los míticos puertos de montaña de los Alpes y los Pirineos, como estilan escribir los reporteros de la agencia EFE.

En Guatemala se inicia la tradición de las vueltas ciclísticas. Del 4 al 13 Abril de ese año, en gran medida gracias al entusiasta apoyo del Presidente Castillo Armas se corre la Primera Vuelta Ciclística a Guatemala. Participaron, además de los equipos nacionales, México, Costa Rica y El Salvador. La primera etapa de la Primera Vuelta, circuito Liberación-Reforma, pasa frente al Colegio y fue ganada por nuestro compatriota Jorge Armas, primer pedalista que porta el Suéter Quetzal, conservándolo con la hazaña que repite al día siguiente, al ganar la segunda etapa, Guatemala-Barberena-Antigua[7].

Aparece en la tercera etapa Jorge Surqué Canel, la “Pulga Mixqueña”, con singulares cualidades de escalador demostradas espectacularmente en las múltiples cumbres (como la de María Tecún) que conforman las etapas de Antigua-Sololá-Quetzaltenango, en las que prácticamente camina en la punta, en solitario, separándose por muchos minutos del resto de competidores, emulando a Bahamontes. Florencio Alvarado gana la última etapa de esta vuelta, Escuintla-Guatemala[8], cronometrando 1 hora 52 minutos y 17 segundos para los 56 kilómetros de recorrido, que por la importancia del evento concluía en el Estadio Olímpico, reservado en ese tiempo únicamente para ocasiones especiales. Como era de esperar, Jorge Surqué Canel, bajo la dirección y tutela del sempiterno entrenador francés don Blas Quaglieri (el de las bicicletas Quetzal) se adjudica la Primera Vuelta Ciclística a Guatemala, cronometrando 25 horas, 9 minutos y 4 segundos para los 844 kilómetros de que constó la prueba. Cabe también mencionar además de los anteriores a Román Teja (de Méjico, como se escribía entonces), Víctor Canel España y Carlos Girón Mendoza.

El 26 de Julio de 1957, cuando se rumoraba insistentemente la existencia de planes para su próxima reelección y circulaban ya afiches con fotografías presidenciales de Castillo Armas, éste es asesinado en un nebuloso incidente en el interior de Casa Presidencial, que a la fecha no ha sido oficialmente aclarado. Solamente se recuerda que un infeliz soldadito, de apellidos Vásquez Sánchez, fue el chivo expiatorio sindicado del crimen, convenientemente muerto también en el atentado y de quien, agudeza de nuestros investigadores (dignos é-mulos de la Sureté y Scotland Yard) se descubrió que se carteaba familiarmente con los jerarcas del Kremlin, dejando en su diario un minucioso[9] relato de la trama conspirativa.

Sin embargo, con el paso de los años han salido a luz datos que revelan la existencia de un conflicto político entre Castillo Armas y su colega por partida doble (por chafa y narizón) Enrique Trinidad Oliva, que tienden a indicar que el primero, molesto y según él traicionado por los planes de reelección del último, exacerbó algunas discrepancias de índole económica entre el General Rafael Leonidas Trujillo y el gobernante guatemalteco (Doctor Honoris Causa de Columbia University), las que finalmente desembocaron en el fatal desenlace.

El asesinato el año anterior del General Anastasio Somoza García[10], dictador nicaragüense a quién también se le atribuían nexos con Trujillo, promueve en el ámbito internacional una imagen de “salvaje” e impredecible turbulencia política en las llamadas Repúblicas Bananeras.

Radio TGW accionó inmediatamente la Cadena Nacional de Radiodifusión, inundando el espacio etéreo con sones y valses de nuestro autóctono instrumento nacional y la voz de bajo profundo de Otto René Mancilla (la “Voz del Golpe”), situación tan común[11] en nuestros años mozos como las procesiones de Semana Santa o los zompopos de Mayo, al realizarse cambios súbitos en las cúpulas de poder, dándonos las noticias e indicándonos las disposiciones de las nuevas autoridades en turno, que comenzaban con la declaratoria de Estado de Sitio, el toque de queda y la suspensión de la vigencia de la Constitución. Se declararon tres días de duelo nacional, se expuso el féretro en Capilla Ardiente en el Palacio Nacional, programándose un entierro al estilo de las más rancias monarquías europeas.

Nosotros tuvimos feriado y algunos asistimos al impresionante y solemne desfile fúnebre que encabezaba el armón de artillería que conducía el féretro con el cuerpo del caudillo, seguido por el caballo ensillado (nos referimos al del difunto, no al difunto mismo), que era jalado por un cadete, detrás le seguían la viuda, doña Odilia Palomo de Castillo, las personalidades de nuestro gobierno y las delegaciones internacionales, que eran acompañadas de pequeñas escoltas de cadetes, cada grupo con los colores distintivos de su país, los que marchaban en reverente silencio y perfecto orden.

El cortejo recorrió la 6ª avenida desde el Palacio hasta la 20 calle, de donde enfiló hacia el Cementerio General. Aún podemos recordar (salvo los que son objeto sistemático de ataques por parte del alemán aquel) el contraste con el casi absoluto silencio de la ocasión, el claro, seco y monótono chasquido propio de los cascos del corcel presidencial, que se fueron apagando poco a poco, conforme se alejaba de la iglesia de San Francisco, esquina de la 6ª avenida y 13 calle, lugar en el que observábamos su solemne y triste paso.

Se convocó inmediatamente a elecciones presidenciales en las que participan tres candidatos, Miguel Ortiz Pasarelli por el partido oficial MDN, Miguel “chemise”[12] Ydígoras Fuentes por el Partido de Redención Nacional y un tercer Miguel (de apellidos Asturias Quiñónez) por la nóvel estrella verde (los tres migueles). Después de varios días de escrutinio, en los que circulan toda clase de rumores, se adjudica el triunfo a Ortiz Pasarelli, pero Ydígoras Fuentes totalmente inconforme con este resultado denuncia fraude y organiza la “protesta de las bicicletas”. Ante la disyuntiva de desequilibrios mayores es nombrado presidente interino (otro milico para variar) Guillermo Flores Avendaño (alias Sapo de Loza), éste convoca a nuevas elecciones, que ahora atribuyen la victoria a Ydígoras y se terminan allí las protestas. Descansa TGW, la marimba y la voz de Otto René Mancilla, pues ya la situación parece haberse estabilizado.

En 1958 pasamos a 3er. grado, seguíamos viendo a don Chofo, pues era el encargado de la librería y de la tienda, ubicada dividiendo los 2º’s y 3º’s grados; administraba ambos negocios con políticas financieras, monetarias y crediticias claras, simples, estables y muy bien definidas: NO se daba crédito, pero si buenos toques eléctricos cuando te daban el vuelto, pues don Chofo simpáticamente accionaba una dínamo al hacer contacto con el sencillo que te devolvía.

En ese año del Señor, de 1958, llegan a Guatemala, procedentes de la Perla de las Antillas, don Veremundo Ayúcar, más conocido como Hermano Javier (ejemplo del Marista polifacético, de saber casi enciclopédico), destacado profesor de Química (después sufriríamos con la nomenclatura) y Filosofía (igual sufrimiento con los silogismos y la Gnoseología); y el Hermano Ciriaco José, conocido en las lides poéticas como “Tomás Martín Gil”, editaba sus poemas en “Flores de Juventud”, que años más tarde permitirían lucir sus dotes declamatorias a Luis Alberto Quiñónez Arana.

El 19 de Julio de 1958 reciben la Primera Comunión, de manos del Ilustrísimo Arzobispo Rossell y Arellano, otro grupo de compañeros entre los que figuran Ramón Barillas, Carlos Alberto Esmenjaud, Luis Alfonso “Bambi” Estrada Cuevas, Benjamín “Mincho” Garoz, Alejandro Girón, Carlos Federico Hegel, Mariano Benjamín “Picky” Herrarte Castejón, Juan Miguel Larios, Jaime “Negro” Menéndez Quiroa, Oscar Enrique “Chino” Penagos Zamora y Eduardo Tschen (Chino II). El desayuno tiene lugar en el mítico “Salón Guatemala” y es servido (según afirma el cronista del acontecimiento) por un grupo de abnegadas señoras encabezadas por doña Telma Chacón de Willemsen, a quien lenguas viperinas llamarían en años venideros “La Directora”.

Otro hecho que destaca ese año en la vida deportiva liceísta es la victoria de la selección de fut sobre el Comunicaciones de la 2ª. División, y el excelente desempeño de la selección de beisbol en la Liga Juvenil, salvo cuando se enfrentaba al poderoso Santa Apolonia, que contaba con un espectacular lanzador, Oscar “Conejo” Berger (lástima que 42 años después no fue capaz de ponchar a un vulgar “pollo”).

En el plano internacional ese año pasará a la historia por la llegada al poder del General Charles De Gaulle en Francia, en plena guerra con Argelia (años después disfrutaríamos una película sobre esa guerra con la deslumbrante Claudia Cardinale y Anthony Quinn). El 9 de octubre de 1958 muere Su Santidad Pío XII, y el aristocrático pontífice es sucedido por el hijo de unos sencillos campesinos, Angelo Roncalli (Juan XXIII), quien en pocos años revolucionaría a la Iglesia. Entre otros cambios, a él le debemos la misa en el idioma de la localidad, de manera que en lugar del solemne “Et cum spíritu tuo” en la lengua de Virgilio, en adelante responderíamos con un más prosaico, pero entendible, “y con tu espíritu” en la idem de Cervantes. El Premio Nobel de Literatura de ese año causó un gran revuelo, al ser adjudicado al ruso Boris Pasternak, por su novela ”El Doctor Zhivago”.

En plano nacional (casi siempre folklórico) han de estar y estarán que el 15 de Marzo de ese año,1958, tomó posesión de la más alta Magistratura de la Nación el General e Ingeniero Miguel Ydígoras Fuentes (el más folklórico personaje que pasara alguna vez por la silla presidencial), pero que resulta respetable comparado con las chorchas que vinieron después, para desempeñar el cargo durante un período de 6 años, que todos ahora sabemos no llegaría a cumplir.

Brasil finalmente logra sacarse la espina del “Maracanazo” y obtiene en el mundial de Suecia su primera copa del mundo (la Jules Rimet), con una constelación de estrellas, entre las que brillaban Garrincha, Didí, Vavá, Mauro, Nilton y Djalma Santos, Zito, Zagalo y un promisorio jovencito, de nombre Edson Arantes do Nascimento, que llamaron Pelé. En la final, con goles de Pelé, Vavá y Zagalo, Brasil se impone a los locales por 5 a 2. El máximo goleador, con 12+1, fue el francés Just Fontaine, estableciendo un record que permanece vigente. Ese año, el Real Madrid gana su tercera Copa de Campeones consecutiva, de la mano de Domínguez, Santamaría, Kopa, Di Stefano, Rial y Gento.

Sarita Montiel vino a Guatemala después del éxito de su filme “El Ultimo Cuplé”. Fue presentada en el Teatro Lux ante un lleno completo y hubo gran desorden al terminar la función. Al irse prometió no volver por acá (y no ha vuelto). Con la edad y los atributos que hoy la desadornan ya no le pasaría nada a la ex–violetera. (Bueno, talvez la podrían asaltar. No. Rectificación. Seguro la asaltan)

Llega el final de año y la tradicional clausura en el Cine Capitol. La Banda de Excelencia de Tercero “A” correspondió a Pablo Ricica Siskova, en cerrada disputa con Jan Javora Drapalova. En Tercero “B” el estudiante más destacado, entre las numerosas luminarias, fue Oscar Francisco Asturias Pellecer, conocido ya en ese entonces como “La Pulga”.

Empezábamos a familiarizarnos con el uso y valor del dinero y, aunque todavía no podíamos apreciarlo, nuestro Quetzal era una moneda fuerte, cotizada a la par del dólar de los Estados Unidos, aceptada en ese tiempo casi en cualquier lugar de Centroamérica. Circulaban fichas de a ½ ,de a len y de a 0.02, con las que se podían comprar varios panes[13], chicles o dulces y además había “ganancia”. La Grapette costaba 0.05, el resto de aguas 0.06 y la matinal del domingo 0.25 centavos luneta y 0.10 galería, salvo la galería numerada del Cine Lux. Ese año1958 hace las delicias de chicos (por los payazos y las fieras) y de grandes (por las trapecistas y bailarinas) el Royal Dumbar Circus.

Ese año coleccionamos los álbumes de Artistas y de Zoología e Historia Natural. Para este último comprábamos sobres que traían 5 estampas y un chicle de tableta, a 5 centavos por sobre. En los recreos intercambiabámos estampas, o las vendíamos para poder comprar algo en la tienda, que ya sabíamos que su administrador no conocía las ventajas del crédito y vivía además obsesionado con la absorción de la corriente eléctrica por el cuerpo humano. Completé el álbum coincidentemente con la última figura, la correspondiente al esqueleto del león, creo que era la 312. Como nunca logré que me saliera en un sobre la tuve que comprar, por 10 centavos más 15 estampas que tenía repetidas. Pero valió la pena.

Indudablemente el cine era una de nuestras mejores entretenciones, disfrutábamos películas de acción, con mínimos pero suficientes efectos especiales para emocionarnos y parecernos reales: “El Monstruo de la Laguna Negra”, “El Llanero Solitario”, “Los Marcianos Invaden la Tierra”, “La Dama y el Vagabundo”, “Tarzán de la Selva” (con Johnny Weismuller) y “Guardacostas Alerta”, eran algunos de los títulos en cartelera. A veces había películas en las que se repetían episodios con resultados diferentes, en el primero el “traidito”caía al precipicio y moría, pero en la repetición inmediata resultaba colgado de una rama que inicialmente ni siquiera estaba allí. Y cómo no recordar también las maratónicas funciones de “beneficio”, en las que se proyectaban hasta cuatro películas, en una matinal extendida, de las que salíamos con una sobredosis de celuloide, alejados de la realidad y sorprendidos por la fuerte luz del mediodía, el aire puro de la calle y el hambre acumulada desde el desayuno que tomamos antes de misa, que ya para esa hora apretaba fuerte.

Jugar cincos (comix y otras variantes), tenta, tuero, chíviri-cuarta, arrancacebolla, matatero-terolá, una chamusca, bailar trompo, jugar yo-yo, volar barrilete, nadar, andar en bicicleta, hacer y usar un capirucho (utilizando un “chaye” y un carrizo de madera), visitar el zoológico, saborear un helado de a len, degustar una fruta o bajarla de un árbol (recuérdense los nísperos de la casa de los Paiz, atrás del colegio), ir a piñatas, hacer nuevos amigos y aprender nuevos juegos, eran otras de las actividades con las que entonces nos entreteníamos.

Gozábamos aún de la vida en su forma más simple, pues nuestra inocencia e ingenuidad nos permitían disfrutar en total plenitud las maravillas naturales del Universo, percibiendo con intenso placer la fragancia, forma y colorido de las flores de un jardín, el azul profundo de un cielo despejado, el titilar de las estrellas en el límpido firmamento de una noche de verano, los contrastantes colores de un atardecer a la orilla del mar, el alegre trinar de los pájaros al amanecer, el poderoso efecto de una caricia maternal. Descubríamos diariamente algo nuevo, cosas que hoy damos por seguras y a veces aburridas ocurrencias de un día más en nuestras vidas y que ese tiempo nos asombraban y deleitaban. Desafortunadamente ahora somos ya demasiado inteligentes e importantes para eso.

(CONTINUARA...)

35 ANIVERSARIO PROMOCION 66


[1] Siempre me causó curiosidad la afinidad entre el apellido y la personalidad de nuestro director. ¿Sus nombres eran propios o le habían sido impuestos por un irónico y perspicaz superior?

[2] Demolido en 1961 para dejar lugar a los edificios del Banco de Guatemala y del Crédito Hipotecario Nacional.

[3] Construcción de aspecto siniestro, pintada de color verde pálido, de la que Castillo Armas logró escapar al haber sido hecho preso político unos años antes. Espacio que hoy ocupan los edificios de la Corte Suprema de Justicia y la Torre de Tribunales.

[4] Ganó 5 veces el Tour de France. En 1957, 1961, 1962, 1963 y 1964.

[5] Pobre imitación del Suéter Quetzal, según afirman destacados comentaristas internacionales.

[6] Otro nombre curioso, pues un gran escalador tiene un apellido que baja montes.

[7] Las primeras dos etapas eran sobre asfalto. Las siguientes eran de terracería, excepto Antigua-Sololá asfaltado hasta Panajachel. A partir de allí volvían a encontrar asfalto hasta llegar a la última, Escuintla-Guatemala.

[8] Replicará esta victoria en la segunda vuelta y por esto algunos llamarán a la etapa la “clásica” de Lencho.

[9] En extremo sospechoso, además de bizarro, por su naturaleza, aguda minuciosidad y convenientemente fácil de localizar.

[10] Que seguramente motivó un brindis con Flor de Caña a don Terencio, nuestro futuro catedrático de “inglish”

[11] Aun hoy día algunas veces, al oír marimba, me pregunto si no habrá habido golpe de estado o similares.

[12] Llamado así porque su oposición decía, y el tiempo demostraría que tenían la razón, que le quedaba demasiado grande la presidencia, como los flojos vestidos franceses de moda en ese tiempo y llamados chemises. Los partidarios de Ydigoras, en cambio, le promovían como “la mano de acero inoxidable”.

[13] Un pan dulce de a 0.02 de ese tiempo equivale a uno de 0.90 de hoy.