PROMO66 LICEO GUATEMALA

lunes, enero 21, 2008

The Armageddon

By Justin Fox/CNN

Hay quienes se preocupan que los actuales problemas en el sector inmobiliario en Estados Unidos dará lugar a una ralentización de la economía, tal vez una recesión. Entonces, sobre el asunto declara con confianza Peter Schiff, corredor de bolsa de Connecticut: "Nuestro nivel de vida va a disminuir." "No hay manera de evitarlo, solamente empieza."

Schiff es propietario de Euro Pacific Capital, una pequeña empresa que se especializa en el movimiento del dinero de sus clientes en activos no-dolarizados como acciones y bonos extranjeros. En el último par de años, se ha convertido en invitado un regular en las empresas de cable de televisión, lo llaman "Dr. Doom". Ahora él tiene un libro, titulado Crash Proof: Cómo Obtener Ganancias del Próximo Colapso Económico.

No es el único libro de este tipo en los estantes en estos días. En Armagedón Financiero: La Protección de su Futuro de las Cuatro Catástrofes Inminentes, el comerciante Michael Panzner advierte de un derrumbamiento económico que conducirá a una hiperinflación estilo Zimbabwe y a una posible ley marcial. En El Imperio de la Deuda: El Resurgimiento de una Crisis Financiera Épica, best-seller en 2005, incluirá el próximo año una película documental hecha por los fabricantes del aclamado crucigrama Wordplay. Los autores William Bonner y Addison Wiggin, establecen paralelismos entre los principios del siglo 21 en EE.UU. y la caída de Roma y la España Imperial.

Hemos escuchado antes este tipo de declaraciones sobre una fatalidad inminente. El libro de Howard Ruff, Cómo Prosperar Durante los Próximos Malos Años fue uno de los más vendidos en 1979. Ravi Batra con su libro La Gran Depresión de 1990 fue un hit Nº1 en 1987. El libro de Ruff, de hecho, predijo con certeza varios malos años y hubo una recesión en 1990. Pero la gran fatalidad se evitó, la economía regresó rugiendo dos veces, y la lección aprendida es que las apuestas en contra de la continuación de la prosperidad de los EE.UU. es una estrategia a perder.

Panzner tiene una réplica lista "La historia no comenzó en el período de posguerra", dice. Tampoco "La historia no comenzó hace 20 años." Continúan vívidas memorias de la Gran Depresión que comenzó en 1929 y se detuvo sólo por la guerra mundial, sus consecuencias no se logran recuperar por completo sino hasta 1954. El miedo a escenarios pintados por Panzner y sus seguidores no se salen fuera del ámbito de la experiencia histórica. Lo que es más, todos los que tienen los pies bien puestos en tierra no pueden negar la verdad incontestable de que gran parte de nuestro crecimiento económico de los últimos 25 años -- y casi todo el crecimiento de los últimos cinco -- ha sido financiado por la deuda.

A finales de 2005, los EE.UU. adeudaron $ 2.7 billones/mes al resto del mundo que el resto del mundo le adeudó a los EE.UU. Eso es un récord y un aumento espectacular desde 1999 cuando el número fué de solamente $766 millones/mes. También se ha disparado la deuda del consumidor, en 2006 los hogares de EE.UU. adeudan $12.8 billones en préstamos hipotecarios y de consumo equivalentes al 135% del ingreso per capita disponible fuera de impuestos. A primera vista, el gobierno federal da una imagen buena de la deuda. Expresado como porcentaje de la economía total, se ha reducido de un máximo de 49.4% en 1993 al 37% actual pero eso es sólo si no se toman en cuenta los futuros compromisos del Seguro Social y a los beneficiarios de Medicare que valen por decenas de billones de dólares.

La deuda no es necesariamente una cosa mala. Lo que pasa es que, eventualmente, se tiene que pagar o bien se tiene que incumplir con el pago. Si en los EE.UU. la economía se hace más productiva y el ingreso de los consumidores sube rápidamente, como ocurrió en cierta medida en el decenio de 1990, el pago de la deuda podría no ser un problema. Pero supongamos que los salarios se estancan -- una de las posibles consecuencias de la globalización -- la alternativa es entonces que los pagos de la deuda bajen bruscamente nuestro nivel de vida y el no-pago de la deuda podría traer una crisis financiera mundial.

Hasta ahora, no hay controversias sobre el asunto. Los economistas, los ejecutivos de empresas y los funcionarios gubernamentales no se preocupan de hacer declaraciones acerca de esta situación o al menos lo mencionan muy de vez en cuando. Pero, por lo general, no llegan a hablar de un apocalipsis. "Hay un montón de personas que conocen el análisis de la situación, pero muchos de ellos dicen que economía de los EE.UU. es muy resistente y solamente solucionando algunos problemas estructurales vamos a estar bien", explica en El Imperio de la Deuda el coautor Wiggin . "Mi opinión es que en general se necesita una crisis para lograr que la gente llegue a actuar".

Si usted está de acuerdo con Wiggin, el exPresidente de Reserva Federal Alan Greenspan, legendario conductor de la economía, si en algo no debe ser alabado es por evitar la corrección de algunos trastornos del mercado, más bien debe ser motivo de condena. Entre la multitud de errores, la decisión de Greenspan de bajar el interés cuando el mercado de valores se desplomó en 2001 alimentó el último tramo del auge inmobiliario el cual se está desmoronando actualmente. A pesar de la recuperación de las tasas de interés, el sucesor de Greenspan, Ben Bernanke, debe ser aún más mal juzgado. Su peor pecado fue cometido en 2002 cuando, como miembro de la Junta de la Reserva Federal pero aún no su presidente, declaró que entre los instrumentos que la Reserva Federal tiene a su disposición para evitar la deflación es uno al que denominó "Tirar Dinero desde Helicóptero".

El punto de vista de Bernanke y Greenspan es que para evitar crisis tipo Gran Depresión, abrir la llave del grifo de dinero federal es una buena medida. Los doom guys (que por lo general apodan a Bernanke "El Helicóptero Ben") sostienen que éste es miope. Sin las ocasionales y dolorosas correcciones del mercado, el control de la deuda y de la especulación se irán inevitablemente fuera de las manos. Se trata de una cruda y hasta puritana manera de ver el mundo y ha estado fuera de sintonía con la realidad económica en este último cuarto de siglo.

Bomba

Cada día la deuda de Estados Unidos crece en 1 400 millones de dólares.

Como una bomba de tiempo, la deuda nacional de Estados Unidos es una explosión al acecho, expandiéndose 1 400 millones de dólares al día, casi un millón por minuto.


Para los estadounidenses significa una deuda de casi 30 000 dólares por cada hombre, mujer y niño en Estados Unidos, informó AP.

Incluso si ha escapado ileso de las recientes crisis hipotecaria y de crédito y está lidiando sin muchos problemas con los altos precios de los combustibles, podría estarse encaminado a una miseria económica, junto con el resto del país.

Según AP, el gobierno está agotando rápidamente los recursos necesarios para satisfacer los pagos de intereses de la deuda nacional, que actualmente es de 9.13 billones de dólares.

Y al igual que las personas que tienen hipotecas de tasas de interés ajustable, el gobierno enfrenta la posibilidad de ver su deuda —ahora a tasas de interés relativamente bajas— cambiar a tasas mucho más altas, multiplicando las penurias financieras.

Mientras alguien esté dispuesto a seguir prestando dinero al fisco nacional, la deuda estará mayormente relegada al olvido.

Pero los pagos de intereses siguen acumulándose, y con el tiempo podrían opacar los otros gastos del gobierno, llevando a impuestos considerablemente más altos o recortes en servicios básicos como el Seguro Social y otros programas públicos federales.

Una desaceleración económica mayor —que algunos economistas dicen podría estar cerca— aceleraría el arribo de ese momento.

La deuda nacional —la acumulación total de los déficits presupuestarios anuales— ha subido de 5.7 billones de dólares cuando George W. Bush asumió la presidencia en enero del 2001 y superará los 10 billones cuando deje el cargo en enero del 2009.

13 de diciembre de 2007
Fuente: Voltairenet.org