PROMO66 LICEO GUATEMALA

sábado, agosto 02, 2014

REPASOS DE VIDA


Ya he perdido la cuenta, desde cuándo es que duermo poco.  En esas noches, cuando con frecuencia, a pesar de los somníferos me encarcela el insomnio, me quedo en la cama con los ojos cerrados  haciendo un repaso histórico de lo que significa la vida. Muchas veces con mis amigos y amigas hemos realizado como catarsis esa  revisión de nuestra vida y su historia, incluso de los sopapos que la misma nos ha propinado. Hoy  siento nuevamente  la necesidad de hacerlo en esta epistola. Como un ejercicio mental lo hice desde hace muchos años, pero perdí en un cambio de casa hará  unos 38 años, muchos originales  garabateados  a lápiz o bolígrafo, antes de pasarlos a la Remington.

El ser humano, es fecundado, nace, crece, se  reproduce y al fin tiene su destino postrero,  no fatal, que es la muerte. Tengo amigos y amigas de todas edades, profesiones, actividades diversas y uno que otro vago o vaga, atolondrados, trotamundos,  que aún viven como si fueran patojos, pero a todos los aprecio y quiero por igual.  Porque  cuando el cariño es cordial y efusivo, locuaz y de apego recíproco,  es algo muy placentero, recordar viejas vivencias, jodarrias, ajumamientos  y  esa camaradería chingona y chilera y  en ocasiones sumamente  embrollada; más  pienso más seriamente en  los dones que tenemos, en los éxitos alcanzados, en las cumbres conquistadas. Y también nos recordamos de todas y todos  quienes,  ya nos abandonaron  y  hace tiempo nos dejaron y navegan vigilantes en esas  otras galaxias donde tocan las  estrellas y  les alumbra la vida el  candil de nuestra  luna, porque si alzaron el vuelo es para esa sideral vivencia de ser huéspedes del Cielo.

La vida es impredecible,  nos da golpes muy severos, de aquellos que remueven el alma y sacuden nuestro juicio;  o algunos otros sucesos que aflorando a nuestra mente  nos despertaron conciencias nos dieron a beber  ciencia, nos pusieron en la puerta, de esos sueños que anhelamos;  vivimos con utopías soñando tantas quimeras, algunas las alcanzamos, más  la mayoría de ellas se  quedaron  en  morriña, hospedadas en  memorias.

Y acudiendo a la  metáfora, la vida es un libro abierto, nuevo y lleno de benevolencia, más también de sinsabores, de temores y valores, que cada día le pasan hojas y cuando se lee todo, es cuando  la vida nos va dejando.  Más algunos pareciera que nunca abrieron su libro y siguen por mil senderos con la peor de las  tragedias.

La vida es muy corta y breve, pasa como las borrascas, aunque  tratemos llevarla cual torbellino de sueños.  A algunos la vida les sonríe, a otros  se les abisma al precipicio y no salen del despeñadero.  Son aquellos que afirman estar “salados” y en un desplome constante.

Para otros la vida es como un tempano que a pedazos  gigantescos desmorona a cada instante y les cala con angustia, tormenta y mucho vacío.  Más para algunos la vida, es un incendio de  delirios, arrebato y paroxismo;  la viven intensamente, muchas veces con excesos y son estos abusos constantes los que por fin les aburren, les causan tedio y hastío y les inyectan ponzoña; pero cuando esto sucede tienen la vida tan deslizada   en forma tan turbulenta, que no hay paz en su  interior  y se tornan cada día,  virulentos y mordaces, inseguros y dudosos.

Cuando somos adolescentes, el mundo es ya todo nuestro, vivimos quienes tenemos suerte, esa etapa del estudio, de enseñanzas superiores, de viajes y de placeres, pero también nos desmandamos y uno que otro camarada hizo jirones su existencia.  Tenemos etapas de sentimentalismos sanos, de enamoramientos precisos o de pasiones fugaces, fortuitas y repentinas.  Más siempre son estas últimas las que nos marcan las veredas del temor y del recelo y a veces nos  penetran tanto y nos causan hecatombes.  Pero cuando esto acontece retroceder es de hombres.

Por ello en mi madurez,  y con un  existir vivido en forma  muy  exabrupta, exagerada y en ocasiones conculcantes, formulo este repaso  auténtico de aquella que fue mi historia, escudriño los eventos que son la luz de mi memoria, para tratar que mi  devenir  futuro, no escarnezca y menosprecie, que sea como el retorno de un ave que luego de golpearse el ala, logra al fin remontar  vuelo. 

He vivido en toda atmosfera  y realizado algún sueño . . . sé que todavía faltan  algunos abandonos y algunas rebeliones, pero a mis torbellinos casi nunca nadie pudo amainarlos y plegarlos. Y creo que estas  tormentas me seguirán lacerando pero jamás dañaran  la inspiración de la pluma, aunque tengo en ocasiones  lagunas, lapsos y olvidos.

Me llena mucho de orgullo venir de donde yo vengo, de ese crecimiento sano que me brindaron mis padres, de mis estudios profundos sobre uno y mil idearios, de mi conciencia tan crítica que me inculcó mi padre y de mi grito y mi canto siempre revolucionario, rebelde y de gallardía, que sus sabias enseñanzas marcaron en mi pensamiento y en una ética con escrúpulos, reflexiva y espontánea y con una opción  rigurosa, definida y minuciosa, por todos los desvalidos de esta tierra que me sangra.

Tuve miedos, tuve llantos, angustias muy agobiantes, pero creo las vencieron mis momentos de paciencia, aprendí a ser tolerante  y sobre todo y ante todo, me apegue a mi Ser Superior y Padre. Porque si tienes abatimientos y sientes que la fatiga te abruma y te golpea, sólo reza el Padre Nuestro.

Más también tengo otro amigo y es mi Duende el nigromante, mi hechicero y grande cuate, que a veces me hace berrinches y me abandona por lapsos, pero yo mismo comprendo que lidiar con un carácter como el que llevo en el cuerpo, el corazón y la mente, es a veces abrumante.  Mas esos ayunos de sueño, algo siempre me han dejado,  porque todo lo que en mi vida he escrito en el mundo literario,  lo he logrado en mis vigilias. Me da el impulso de artista, me inspira, me ilumina y entusiasma; aunque a veces de mi pluma salgan muchas pendejadas, una que otra cabronada y muy pocas  certidumbres.

Guatemala, 22 de julio de 2014.


Flaminio Bonilla Valdizón.