PROMO66 LICEO GUATEMALA

lunes, noviembre 19, 2012

Un verdadero orgullo de Guatemala




Luis Felipe Linares López




El 22 de octubre, los miembros de la Promoción 66 del Liceo Guatemala festejamos —o quizás más bien conmemoramos— 42 años de nuestra graduación, bien pertrechados para la vida gracias a la fortuna de tener, en los Hermanos Maristas, a unos maestros de lujo. Fuimos 108, de los cuales 25  han partido, cumpliendo así aquello de que “este mundo es el camino, para el otro que es morada sin pesar”, como reza una de las célebres coplas de Jorge Manrique. 

Esa promoción, en la cual la vida quiso se diera de todo, mantiene a lo largo de estos  largos años, una  relación cercana y cordial, con  los “zipizapes” de cajón, pero con la  seguridad de amistades sólidas y perdurables, enraizadas en lo profundo de nuestras vidas. El espacio no permite mencionar a todos con quienes a lo largo estos años se dieron vínculos especiales: en la política universitaria, con Ángel Sánchez y Checha Guillén; mis compadres Pepe Molina y Walter Curley,  el inolvidable Luis Alfonso Bambi Estrada (uno de los 25 que nos hacen falta); en el PAN de su mejor época: Pepe Gándara, PP Enríquez, Carlos Luna, Roberto Alpírez y  Erick Mansilla. Y alguien con quien hemos compartido política, trabajo y mucho más, que  ha sido y será el alma y gran aglutinador del grupo, Julio César Prado. 
Recientemente culminó la etapa más prolongada de su vida profesional, él es sin duda alguna —y esto sin regatear méritos a muchos de mis queridos compañeros— más destacado integrante de nuestra  promoción y un verdadero orgullo de Guatemala. 

El Dr. Guillermo Zea Flores del programa
Eliminación de la Oncocercosis para Las
Américas (OEPA), examina a un joven en
San Lucas Tolimán, Sololá, Guatemala.
Se trata del Dr. Guillermo Zea-Flores, médico de la Usac, con posgrado en Epidemiología Tropical de la Universidad de Kobe, Japón; quien de 1993 a 2012 fue experto asesor del  Programa para la Eliminación de la Oncocercosis en América (OEPA), del Centro Carter, que logró con el involucramiento de los Ministerios de Salud y las comunidades afectadas, el objetivo de eliminar esa enfermedad en Guatemala y  Latinoamérica, exceptuando un pequeño foco, en zonas selváticas de la Amazonía entre Brasil y Venezuela, donde se espera que en un par de años, como máximo, sea también erradicada.  

En 1915,el Dr. Rodolfo Robles Valverde,  primer Decano de la Facultad de Ciencias Naturales y Farmacia de nuestra universidad carolina, descubrió  la enfermedad que provoca ceguera y la causa, el gusano onchocercavovulus transmitido por varias especies de moscas. Hasta hace pocos años, y  mucho más en  la primera mitad del siglo XX, la oncocercosis causaba estragos en la boca costa, principalmente en las zonas cafetaleras. 
Ahora, casi un siglo  después, otro sabio guatemalteco, Guillermo Zea Flores, desempeñó un papel de primerísima importancia, trabajando en varios países de América Latina y, en Guatemala, en los departamentos afectados: Santa Rosa, Guatemala, Huehuetenango, Sololá, Suchitepéquez y Chimaltenango, en la exitosa lucha contra la enfermedad.
La estrategia del OEPA se basó en administrar el medicamento, de nombre genérico ivermectina, cada 6 meses (tiempo de su efecto), durante 12 años (tiempo de vida del gusano adulto, que debería morir por vejez). 

En 2002, con motivo de la Conferencia Interamericana sobre Oncocercosis, en Manaos, la casa Merck le otorgó una distinción especial, señalando que su dedicación no tiene paralelo”, y por su su visión y habilidad para motivar a otras personas para trabajar hacia la eliminación de la enfermedad es notable”, concluyendo que el Dr. Zea-Flores es un verdadero líder en salud pública”, según palabras de la Directora mundial de donaciones de esa empresa. Felicitaciones, Guillermo, sos un verdadero ejemplo. 

Fuente: Siglo21.com.gt  [19 nov. 2012] 





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