PROMO66 LICEO GUATEMALA

jueves, mayo 28, 2015

EDUCACIÓN PRIMARIA DE OTTO PÉREZ MOLINA Y SU DEFORMACIÓN MORAL

EDUCACIÓN PRIMARIA DE OTTO PÉREZ MOLINA Y SU DEFORMACIÓN MORAL.

Ayer me preguntaron mis nietos; Marcela de  18 años, María Laura de 12 y José Alejandro  un peque de 7 añitos  por qué en este país,  acontece hoy que Guatemala entera le exige al Presidente de la Nación RENUNCIAR al cargo.  Mi nieta mayor ya con alguna madurez, los otros con su inocencia aun reflejada en sus caritas y su ingenuidad infantil.  Y la respuesta no es difícil de dar, pero sí muy  dura de entender y asimilar por una adolescente y un par de niños.  Así que prefiero dejarlo escrito para cuando tengan la necesaria sensatez, puedan comprender  las razones históricas de la miseria ancestral de esta irredenta Patria y algunos hechos de la formación y deformación de Otto Pérez Molina, el mayor culpable de nuestra acrecentada  miseria en los últimos  4 años.

Mis amados nietos:  Cuando el 25 de mayo de 2015 ustedes me preguntaron, ¿Abuelo negro, por qué  en Guatemala hay manifestaciones a las cuales usted nos llevó  al Parque Central,  donde oímos  que se le exigían la RENUNCIA al Presidente   OTTO  PÉREZ MOLINA y  por qué si yo era amigo de él  estaba entre los  que más amotinaba y alzaba su  voz para pedirle esa renuncia?,  y yo les respondí con la  verdad, pero con razonamiento; y esa verdad es la que sabe el Pueblo de Guatemala, primero: un amigo no hace daño, un amigo no lastima, un amigo es solidario, un amigo ayuda al necesitado, una amigo que llega a Presidente de la República debe oír los consejos de sus verdaderos amigos, no de la corte de serviles y lacayos que siempre rodean a un Presidente y le hacen círculos cerrados para que a él no lleguen los gritos de desesperación de los pobres y marginados;  segundo: Otto Pérez Molina ya no es amigo de nadie, Otto Pérez Molina vive en un laberinto de perversión; Otto Pérez Molina pretendió verles cara de idiotas a los guatemaltecos;  la presencia de Otto Pérez Molina es un estorbo para los guatemaltecos;  tercero: Otto Pérez fue mi amigo en la escuela primaria CASA CENTRAL, una escuelita humilde de un barrio de gente de clase media, fundada por las Hermanitas de la Caridad. La Casa Central es una entidad pedagógica  que nos formó desde niños con  sapiencia, rigurosidad académica,  dignidad, calidad  y excelencia, pero sobre todo con un profundo humanismo y una auténtica conciencia de clase, amor por los pobres y necesitados y una  testimonial vocación de servicio,  en donde al lado de esas venerables  HERMANAS DE LA CARIDAD  y nuestras  Maestras y Maestros laicos, tuvimos diversas y variadas experiencias, todas tendientes al logro de una preparación  equilibrada y adecuada, que nos permitió en el futuro, que algún día fue nuestro presente, alcanzar metas más altas y otros laureles académicos;  fue corriente y siempre estuvo latente en todos y cada uno de nosotros, la superación y el optimismo por alcanzar un desarrollo pleno, armonioso y satisfactorio en el devenir de nuestras vidas, practicando el bien común.

A los 12 o 15 años mis queridos Marcela, María Laura y José Alejandro, se sueña mucho, se da la avidez y el anhelo  en cosas inalcanzables, creemos en quimeras, se hacen castillos en el aire y se fabrican utopías. Pero cuando se tiene una inteligencia, una formación integral, una agudeza y perspicacia mental y la capacidad para discernir entre lo que nos hace  salir a flote y aquello que nos puede hundir, no se permite el derrotismo ni la duda, ni mucho menos  el fracaso.

En la Casa Central, fuimos formados dentro de concepciones cristianas católicas  con altos contenidos morales, se nos  inició  en el arraigamiento de los valores y sentimientos de respeto, justicia,  probidad, equilibrio, decoro, honestidad,  tolerancia y comprensión, y por ello es que cada día luchamos como actores, en la creación de una sociedad más equitativa, más justa, más solidaria y más humana, para logar rescatar  a esta nuestra Guatemala herida, de las garras de la pobreza, de la opresión alimentaria, de la debilitada educación, de sus inhumanos servicios de salud pública, de los altos niveles de inseguridad y un sinfín de aspectos y asuntos de Estado que pudieran situar a nuestra querida PATRIA dentro del grupo  de las Naciones con altos índices de progreso, bienestar, trabajos dignos,  salud, educación, seguridad y  justicia.    

Mis queridos nietos, eso que a mí me enseñaron y que yo asimilé y soy testimonio de vida de ello;  también se lo enseñaron a OTTO PÉREZ MOLINA, pero él lo soslayó, él lo eludió, él lo rehuyó,  él  lo sacudió inmoralmente y con bajeza de su vida;  él en su formación militar se deformó, se volvió  más  amante de la popularidad que de la gloria, él se volvió un militar soberbio y corrupto, él le dio la espalda a su pueblo y actuó contra Guatemala entera,  la pisoteo y la mansillo, la estigmatizó y la golpeó.  El que fue un niño humilde,  se tornó en  millonario pero NO POR SU ESFUERZO AL TRABAJAR HONESTA, HONRADA  Y DIGNAMENTE;  él,  mi compañero de infancia, se volvió rico porque les robó el pan a los niños guatemaltecos pobres y miserables,  porque les negó  el alfabeto, porque les negó la educación secundaria, porque no les dio pan ni tortillas, ni  techo ni abrigo, no les proporcionó  una vivienda digna. Otto Pérez Molina saqueo a la Nación, se robó cientos de millones de quetzales junto a su  vicepresidenta, una corrupta, ladrona y  mundana; una mujer  llena de vanidad, odio  y soberbia.  Otto Pérez Molina fue   un infame con toda la sociedad guatemalteca, porque  su ruindad le negó el alimento justo y nazareno a los niños desnutridos y lombricientos, Otto Pérez Molina no fue jamás  testimonio de esos principios y valores que le enseñaron nuestras venerables maestras, las Hermanitas de la Caridad. Ayer precisamente mis queridos nietos, cumplió 31 años de fallecida nuestra querida Hermana de la Caridad Sor Ángela Salazar, quien nos enseñó las primeras letras del genético alfabeto, quienes nos enseñó a rezar el rosario y nuestra devoción por la Virgen María, la Madre de Jesús;  quien nos enseñó que Dios es un Dios  de amor y de solidaridad, que Jesús vino a la tierra a liberar a los pobres, que Jesucristo fue el primer y grande guerrillero porque luchó y peleó por los pobres y los humildes de su tiempo y de todos  los tiempos; que  en la Roma imperial hubo un guerrero llamado Espartaco, que “cayo luchando por las multitudes de su tiempo contra los viles de su tiempo. Y por el amor, la bondad y la humanidad de todos los tiempos!” (*);  nuestra querida Sor Ángela nos enseñó “la opción por los pobres y los desposeídos”, Sor Ángela  Salazar fue para nosotros un testimonio de vida. Pero Sor Ángela Salazar para Otto Pérez Molina, no significó  nada en su formación, porque él tenía el alma negra y no asimiló la   formación cristiana,  pues la vanidad, el lujo, la ostentación  y las escuelas militares lo deformaron.  Otto Pérez Molina practicó la  inequidad,  maltrató y pisoteo los derechos  de ustedes mis amados nietos y de todos  nosotros los guatemaltecos.  Ustedes mis queridos nietos no supieron  que su abuelo vivió una guerra que se  peleó en toda Guatemala durante 36 años, en   las sierras, cerros, colinas, montañas, valles y calles de las ciudades,  y cayeron luchando con tenacidad muchos queridos amigos y camaradas con quienes compartí mi vida y mi historia; yo por fortuna la sobreviví, mas muchos rebeldes revolucionarios compañeros míos fueron masacrados. Su abuelo desde la trinchera ideológica y con su pluma recia y combativa vivió y peleó esa guerra, contra un Ejército del cual Pérez Molina formo parte y ese Ejercito,  fue el que  defendió con turbia indolencia las rancias y caducas oligarquías,  utilizando salvaje y cruel sevicia,  ajusticiaron con grande maldad  a miles de humildes campesinos;  arrasaron pueblos, aldeas y cantones, violaron niñas y mujeres, asesinaron a infantes y ancianos.

Porque mis amados nietos, aquí en mi país  . . .  en su país, en esta tierra fecunda de   cenzontles y  maizales, atol de elote y tostadas frijoleras, churros de trigo y morenas champurradas, se siguen pisoteando los derechos de los guatemaltecos  y hoy el sátrapa OTTO PEREZ MOLINA criminalizó a la Nación, saqueo el erario y por ello ustedes me  vieron y oyeron acentuar mi  ira   y mis   decididos,  ciertos y firmes  vocablos, pues yo jamás he claudicado y no he permitido ni permitiré que aherrojen  ese grito vivo,  que sale siempre ardoroso exaltando y amotinando mi voz.

Porque Otto Pérez Molina le NEGÓ la JUSTICIA SOCIAL, el BIEN COMÚN y la PAZ a los guatemaltecos;   porque PAZ es abolir injusticias, PAZ es saciar el hambre, PAZ  es dar trabajo, PAZ son salarios dignos, PAZ es defender al obrero, PAZ es desterrar la miseria,  PAZ es educar a nuestros niños, PAZ es curar a los enfermos, PAZ es tratar con integridad al hombre, PAZ es  acribillar la corrupción, PAZ es romper ataduras de oprobios, PAZ es quitar los grilletes de amargura, PAZ es abolir un sistema aún colonialista, PAZ no es el racismo hacia el indígena, PAZ es vivir una auténtica democracia; ya que la PAZ es eso,  convivir  en armonía y compartir DIGNIDAD, JUSTICIA SOCIAL y BIEN COMÚN.

Y Otto Pérez Molina le NEGÓ todo esto a Guatemala, por ello Otto Pérez Molina entrará en los anales   de Guatemala pero en el capítulo más negro de su historia, en el lugar del fango y la  bazofia;  ocupará un sitial de honor en la INJUSTICIA SOCIAL y la  PONZOÑA, estará en el sitio  reservado a los criminales, porque matar de hambre a un pueblo es un crimen, robar el alimento de los niños es un asesinato y una  infamia. La destrucción del edificio institucional de Guatemala, sólo tiene un nombre: OTTO FERNANDO PÉREZ MOLINA.

 Flaminio Bonilla Valdizón

(*) fragmento de COMPAÑERO ESPARTACO”, del poeta guerrillero y revolucionario  Otto René Castillo.



Guatemala 26 de mayo de 2015.

domingo, mayo 24, 2015

COMUNICADO DE LA COMPAÑIA DE JESUS DE GUATEMALA


domingo, mayo 17, 2015

OTTO PÉREZ, GUATEMALA NO TE QUIERE.

OTTO PÉREZ, GUATEMALA NO TE QUIERE.

Hoy sábado cuando amanecí como siempre muy de madrugada, me habitó pensar de nuevo, con mucha preocupación pero también regocijo, en los vulnerables y aberrantes acontecimientos que desde hace exactamente un mes, lograron despertar el repudio colectivo y la conciencia ciudadana, con más decisión, valor, arrojo, gallardía y absoluta cohesión y solidaridad, hacia la putrefacta clase gobernante, con el evento criminal de cuando salió a luz pública la red de perversión, libertinaje y depravación, que bajo el alero y dirección del gobierno ¿patriota?, encabezado por Otto Pérez Molina y Roxana Baldetti Elías de quién todos afirman que es su amante-, cooptando a Guatemala desde el 14 de enero de 2012, cuando accedieron al solio de la conducción nacional este par de corruptos ladrones e iniciaron un saqueo inmisericorde del erario. Pérez Molina siempre ha sido parte de un poder paralelo preexistente al Estado, del que se ha beneficiado robando y expoliando a la Nación. Medité en lo gigante que debiera ser por la tarde el reclamo popular para pedir la renuncia inmediata de Pérez Molina, manifestaciones que se replicarían en todos los rincones de la Patria. Mi acercamiento en esta crisis con un grupo de propositivos, consecuentes y revolucionarios muchachos, algunos ya graduados y otros aún bajo el alero de las aulas universitarias del país, me hizo darme cuenta exacta que cuando se trata de defender a la Nación, se le defiende con uñas, con garras, con ese “canto vivo”, con decisión, con patriotismo, no importando ideologías ni posiciones políticas, clases sociales, diversidad cultural, diversidad étnica o religiosa; pensé en la cuarta parte del Popol Vuh, “¡Que todos se levanten! ¡Que nadie se quede atrás de los demás!, fue un sentimiento que me hizo darme exacta cuenta que hoy ha quedado atrás la apatía política que ha caracterizado a la gran mayoría de guatemaltecos. Pensé en la posición de vida de ese soberbio comandante Tito Arias”, que un día al graduarse en la Escuela Politécnica se sintió “ser un hijo predilecto del honor, el deber y la gloria”, y lo que se tornó fue en un hijastro de la bajeza, de la impudicia, de la oscuridad y la rapiña. Por ello, como en muchas otras manifestaciones y platones de repudio, se hizo imperativo ese impulso urgente, impetuoso y vehemente de asistir a la Plaza Mayor para seguir levantando, amotinando e insubordinando mi voz y persistir en espetarle al rostro del tirano, su indignante posición de ser un general del Ejercito que jamás le ha hecho honor a ese uniforme que algún día seguramente lució y portó con gallardía. Guatemala entera se ha volcado desde ese 16 de abril en las calles de todos los rincones del país, en los diarios, en los noticieros, en la radio, en artículos de opinión, en las redes sociales y en cualquier lugar, EXIGIÉNDO sólo una cosa la RENUNCIA INMEDIATA de Pérez Molina y la Baldetti Elias, ésta última quién ante el acoso y probados hechos de corrupción de que fue señalada, por ser la figura más visible del latrocinio gubernamental, tuvo que resignar la vicepresidencia y renunciar.

Al pensar en la soledad de Otto Pérez Molina, no pude sentir por él, sino una leve e insustancial lástima, pero también un ¡ASCO PROFUNDO! por su indignidad, por haber despojado de pan a los hambrientos, a esos josesitos, los juanitos y las mariítas, a quienes les corroe su cuerpo los parásitos y tienen sus ombligos abultados y lombricientos por la severa desnutrición; por dejar morir a compatriotas en los hospitales, por tener desabastecida de medicamentos toda la red hospitalaria, por negarle a los niños educación, escuelas y el genético alfabeto . . . total, por ser un militar despreciable y un verdadero malvado y perverso.

OTTO PÉREZ, GUATEMALA NO TE QUIERE, fue el canto colectivo de un pueblo enardecido y unido, de esos 60,000 guatemaltecos que ayer abarrotamos la Plaza de la Constitución, para DESPEDIR al tirano que fue el cabecilla principal del ROBO de más de CUATRO MIL MILLONES DE QUETZALES. OTTO PÉREZ es hoy un general que no tiene quien le escriba al igual que ese personaje sin nombre ni apellidos”, de la novela de García Márquez, pues siempre se quedó esperando la carta que le anunciaba su jubilación y su esposa le insistía en vender su única propiedad, un gallo de pelea a quién don Sabas, su compadre, siempre quiso comprar y al final el gallo se queda con el coronel y cuando su esposa le pregunta que si sigue alimentando al gallo ¿qué van a comer?, el coronel le responde: ¡mierda!. A Pérez Molina ya no le escribe nadie, ni su señora madre, ni su esposa ni sus hijos, hoy tal vez ni siquiera esa señora de quien todos dicen que es su querida, la exvicepresidenta. A Otto Pérez cuando Roxana Baldetti le pregunto ¿qué quiere comer hoy mi soldadito de hojalata?, este le respondió: el mejor caviar ruso, salmón ahumado de Alaska, un filete de buey Wagyu y un Tagliolini fresco aderezado con langosta y trufas, viandas de entremeses con embutidos, quesos y jamones españoles, un champagne Dom Pierre Perignon, whisky Johnie Walker etiqueta azul y de postres una porción de Cannoli de Diamantes y un cupcake Fénix de Oro”. Mientras María la campesina, embarazada de su octavo hijo, una mujer del corredor seco . . . de ese corredor del hambre y de la muerte, lo único que le puede dar de comer a sus siete chirises son tortillas tiesas, una mitad de papa medio podrida y un insípido atol de agua de masa. Esta es hoy la triste historia de Guatemala, un general que no necesita de una pensión, un general que se harta en la opulencia las mejores viandas y bebidas, un general que saqueo sólo en las Aduanas CUATRO MIL MILLONES DE QUETZALES al Estado. Un general que no necesita vender un gallo para comer, porque come en el hartazgo de la saciedad del dinero mal habido.

La democracia es para los pueblos, lo que la libertad es para los hombres general Pérez Molina, libérenos de su presencia que causa repugnancia, para enderezar la democracia y tener libertad, tener justicia social y refundar Guatemala, esa Guatemala que usted como un degenerado, mancilló y pisoteó, pervirtió y prostituyo, la degradó y la deshonró. Usted como político general olvidó que fue elegido no ungido; a usted como político lo venció el presente, y siempre seguirá vencido por el porvenir; usted juró que haría un sacrificio por el país y lo que hizo fue sacrificar y crucificar al país. Usted general, es un ser miserable, mezquino, canalla y ruin. Usted general Pérez Molina tiene el estigma de una enfermedad siniestra, que aniquiló las energías de los guatemaltecos, que agobió su espíritu y conmovió con estulticia, estupidez y burla, la economía de los pobres. Usted general es un mediocre, siempre fue un fronterizo del delito, pero en estos 41 meses se saltó las trancas e hizo de su vida militar, el estereotipo de un delincuente. A usted general, ya no le cabe arrepentirse, porque tiene la falta de virilidad de los mediocres, le habita la tontería de los anodinos y vulgares. Si usted algún día se arrepiente, no sería por honesto y virtuoso, sino por impotencia, ineptitud e insuficiencia. Usted general ya lastimó a 15 millones de guatemaltecos, abandone la presidencia, sométase a la justicia, afronte como hombre la cárcel y la repartición de sus bienes robados a los pobres o decida suicidarse. Usted general Pérez Molina, tiene una decadencia ética y moral, que propicia su mediocridad y jamás arribaría a cualesquiera excelencia. A usted general le tentó desde siempre el lucro fácil y fue elemental y evidente presa de la corrupción, misma que ha cohabitado siempre su vida. Usted general es un admirador del utilitarismo codicioso e inmediato. Usted general ignora lo que piensan los grandes de espíritu, porque para pensar así se necesita tener corazón. Usted general es un hombre sin ideales, usted es inquilino sempiterno de la pusilanimidad, de la vanidad, del orgullo y del irrespeto. Usted general tiene la avaricia, la falsedad y la simulación a flor de piel. Usted general es un servil cobarde porque no renuncia ante el clamor de 15 millones de guatemaltecos que piden su cabeza y que lo refundan en una cárcel maloliente y fría. Por ello parodiando el último verso de Ismael Cerna en su inmortal poema, “A Justo Rufino Barrios”, solo le digo:

Quiero que veas que dignidad poseo
y no te tiemblo ni te tengo miedo
no te lanzaré al rostro una escupida
sólo vine a decirte ¡te despido!”.

La anterior es sólo una parte de la hoja de vida de Otto Pérez Molina, y cuando un biógrafo sea requerido para escribir su biografía, esa será tal vez la semblanza más rara y corta del mundo de la literatura, porque será únicamente UNA HOJA NEGRA.


Flaminio Bonilla Valdizón.


Guatemala, 16 y 17 de mayo de 2015.





jueves, mayo 07, 2015

MANIFIESTO CIUDADANO


viernes, mayo 01, 2015

EN RECORDACION DE DOÑA ELISA MARTINEZ

sin esconder la mano”


EN RECORDACION DE DOÑA ELISA MARTINEZ

por: Flaminio Bonilla Valdizón

Hace algunos días la Secretaría de Bienestar Social, arribó a sus 50 años de existencia y funcionamiento. En esa ocasión se recordó que nuestra inolvidable doña ELISA MAR­TINEZ CONTRERAS, ex‑Primera Dama de la Nación es la pionera del servicio social en Guatemala.

Con doña Elisa Martínez, mi familia tuvo una cariñosa y estrecha relación. Es madrina de bautizo de Cristina mi hija mayor; a mi madre confió gran parte de su archivos per­sonales y textos inéditos de sus obras; en algunas de sus es­tadías en Guatemala, vivió en nuestra casa o en casa de mis tíos Atilio y Mary, aunque su hogar en Guatemala cuando retornó por varios años lo fue la casa de don Ramiro Samayoa, frente al Parque de la Industria. Mis padres, cuando doña Elisa viajó a radicar en San Carlos de Bariloche, República de Argentina, mantuvieron una comunicación permanente con ella y sus sobrinos Rodolfo y Nelly García Sussini; igualmente mi madre fue una observadora e investigadora de la obra de doña Elisa Martínez y en abril de 1974, presentó al Certamen convocado por la Mesa Redonda Panamericana con motivo del Día Mundial de las Américas, un pequeño estudio titulado "INICIACION DEL SERVICIO SOCIAL ASISTENCIAL EN GUATEMALA. ELISA MARTINEZ CONTRERAS, MUJER DESTACADA DE AMÉRICA", que junto con el ensayo presentado sobre la vida de Helen Keller ‑trabajo ganador de ese certamen‑, mereció una mención honorífica. No es por resaltar cualidades literarias de mi señora madre, pero ese estudio revela con muchísima exactitud por qué ELISA MARTINEZ CONTRERAS fue una MUJER DESTACADA DE AMÉRICA, y sobre todo, porque en ese trabajo se resalta y reconoce el merito hasta hoy inalcan­zable de doña Elisa Martínez, en su amor por nuestros niños, "porque honró a Guatemala y eso le dará por siempre un justo título dentro de nuestra nacionalidad y ocupará un lugar preeminente en nuestro corazón"

Doña Elisa murió en Bariloche el 15 de abril de 1985. Ella siempre manifestó su deseo de morir en tierra guatemal­teca y ser acogida en nuestro fértil y bendito suelo. Su primer deseo no se satisfizo, pero el segundo sí porque sus restos, a instancias de sus sobrinos Nelly y Rodolfo y de mis padres, descansarán por siempre en Guatemala. Efectivamente, sus sobrinos pidieron a mis padres recibir las cenizas de doña Elisa y el 7 de julio de 1985, tanto sus relacionados familiares como mi madre hicieron entrega a Guatemala de las cenizas de esa MUJER DE AMÉRICA.

El fin de semana fui a casa de mis padres a husmear entre el material que ellos tienen sobre la obra de doña Elisa Martínez y me encontré con un tesoro incalculable de realizaciones y logros que concretó doña Elisa durante el histórico período presidencial del sexenio 1945/1951, como esposa entonces del Dr. Juan José Arévalo Bermejo. Al leer ese material nos damos cuenta exacta del valor humano que poseía doña Elisa Martínez y podrían llenarse cuartillas para resumir su amorosa y desinteresada obra en pro de nuestra niñez.

Otro aspecto de la grandeza de doña Elisa fue su autén­tica vocación de MAESTRA. Ella se graduó de Maestra de Educación Primaria en el año 1921 y de inmediato inició la docencia en una Escuelita de Buenos Aires, ejerciendo inin­terrumpidamente por más de 20 años. Cuando el mandato Presidencial del Dr. Arévalo la trajo a nuestras tierras, interrumpió su elevado ministerio, pero cuando por cir­cunstancias de la vida volvió a su patria Argentina, ella retornó "a su puesto de Maestra en aquella misma y amada escuelita de Buenos Aires". La obra que doña Elisa realizó en Guatemala, la desconocieron sus compatriotas en toda su dimensión. Cuando luego del período presidencial del Dr. Arévalo, vuelve a Buenos Aires, los diarios bonaerenses "La Razón y "El Mundo" dan la inusitada noticia, que "la esposa de un ex‑Presidente volvió a su cargo de Maestra en Buenos Aires". De los archivos de mi madre obtengo que el más cariñoso de los artículos que se escribieron sobre ella en Argentina, lo fue en el diario "Critica" del 5 de mayo de 1951, del cual transcribo literalmente el siguiente parágrafo: "Del Palacio Presidencial al aula primaria. De la alta figuración de un gobierno que varias veces pasó al primer plano de la actualidad en los últimos años por obra de sus inquietudes políticas, a la sencilla y quieta pero no menos alta y augusta función pedagógica. He aquí la trayec­toria de nuestra compatriota, la señora Doña Elisa Martínez de Arévalo, esposa del ex‑presidente de Guatemala. Cumplido el mandato constitucional de su marido, la ex‑primera dama de la república centroamericana, ha vuelto a dar paso a su vocación de educacionista, asumiendo en el ingenuo ambiente de un primer grado primario, el primerísimo papel que cantara el poeta: USTED SERA SIEMPRE/ LA BRUJULA NUESTRA/ LA SIEMPRE QUERIDA/ SEGUNDA MAMA.../"
Por ello mi madre cuando el 7 de julio de 1985, entregó sus cenizas a la Nación y al Pueblo de Guatemala, expresó: "Doña Elisa no sólo daba sino su dación la hacía con inmenso amor. Por eso NUNCA la habremos perdido, porque su ejemplo, su proyección, su semilla la esparció a los cuatro vientos y hoy queda aquí en forma definitiva. ELLA nos exigirá y requerirá la aplicación de sus normas de amor y comprensión. Ella percibió y se cimentó en los valores cristianos, creció con ellos, fue apasionada del respeto y la consideración hacia los demás. Ella no necesitó aprender la teoría de esos valores. Nació y murió con ellos. El hacer el bien y ejer­cer la bondad fueron peculiares de doña Elisa"

Esta columna es hoy de homenaje a una mujer de estatura continental que fue toda bondad, amor, solidaridad y despren­dimiento con los niños desnutridos y desvalidos de Guatemala. Una mujer de dimensiones exactas y futuros siempre vivos, que tuvo un corazón inmenso para los ángeles sucios que tienen la cara roñosa y los pantalones rotos, que visten como camisa un trapo lleno de parches. A los que tiene el ombligo abultado y quejas lastimeras por el dolor y la angustia. Una mujer que se prodigó a los niños que tiene frío, sed y hambre y que en sus caritas se adivina que son hijos del sufrimiento. Un homenaje a quien en 1952 fue declarada "MADRE SIMBÓLICA DE LOS NIÑOS DE GUATEMALA".


Publicado en “La Hora” el 21 de septiembre de 1995.


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