‘’EL SEXTEO’’
Preparado por:
ING. MANUEL HUMBERTO HERNÁNDEZ VALENZUELA
Para:
‘’la
asociación de aliados del centro histórico’’
Guatemala, 08 de
noviembre del 2006
‘’EL SEXTEO’’
‘’Sextear’’ era y es sinónimo de pasear por
la sexta avenida de la zona 1, tanto
en épocas muy remotas, por ahí por los años 30’s cuando empezaba la
tiranía del General Jorge Ubico Castañeda, quien gobernó Guatemala por 14
largos años, habiendo caído al momento en que la Revolución de 1944 se hizo
presente como un proceso popular y generalizado de la ciudadanía que pedía a
gritos el oxigeno de la libertad y la democracia en todas sus expresiones, una de ellas la libertad de
expresarse políticamente y asociarse libremente. Como también en épocas más
recientes entre los 60’s y los 70’s, cuando llego a su cúspide esta importante
arteria frecuentada por la mayoría de los capitalinos.
La Sexta Avenida, conocida por nuestros abuelos como la Calle Real,
geográficamente arranca en la tercera calle de la Zona 2, específicamente en el
Parque Morazán, donde se encontraba el Monumento a Cristóbal Colón , el
Descubridor de América, Monumento que posteriormente fue trasladado a la
Avenida de las Américas, Zona 13, donde actualmente se encuentra y termina en
donde actualmente se ubica la plazoleta conocida como el ‘’Reloj de Flores’’,
construido en la época del Alcalde periodista Francisco Montenegro Sierra, al que le pusieron el
sobrenombre de: ‘’ Paco Fuentes
Flores’’, porque le encantaba construir fuentes adornándolas con
bastantes flores.
La Sexta Avenida realmente atraviesa el Parque Morazán y a partir de la quinta calle o Calle
Martí, continúa sobre el Boulevard del Hipódromo del Norte o Avenida Simeón Cañas
hasta llegar al Campo de Baseball Enrique Trapo Torrebiarte. Antes de
construirse dicho campo deportivo, estuvo ahí el Templo a Minerva y enfrente al
mismo el Mapa en Relieve,
construido por los Ingenieros Vela y Claudio Urrutia.
Retomando el término’’Sexteo’’, nos tenemos
que circunscribir al tramo físico comprendido desde la octava. Calle, donde
está el edificio de la Empresa Eléctrica de Guatemala, hasta la trece calle, donde está la Iglesia de
San Francisco. Esa era la vuelta larga
de la sexteada, realizado principalmente por los jóvenes de la época que
ya tenían sus motos y carros, bajando por la trece calle hasta la séptima
avenida, donde se dirigían hasta la octava calle, pasando frente al ‘’Parque
Central’’ como se le conocía antaño y apareciendo nuevamente sobre la sexta
avenida, iniciando nuevamente otra vuelta y así sucesivamente, hasta que
terminaba la afluencia de las patojas tan bonitas y agraciadas de la época, que
eran el atractivo y la principal
razón de ser de la sexteada por parte de los varones. En cuanto a la
vuelta corta caminando sobre la sexta avenida, ésta iba de la novena calle
hasta la doce calle y se retornaba por la otra banqueta. En los 60’s se podían
parquear los carros del lado izquierdo y la vía siempre era de norte a sur. Los
domingos por la tarde había que llegar temprano para parquear el carro en
lugares estratégicos.
El objeto de ‘’Sextear’’ era para las patojas el saludar, ver o
admirar a los amigos o conocidos y
coquetear a algún muchacho que les gustaba. En cuanto a los muchachos el
objetivo era maximizar la visualización de las patojas que circulaban de sur a
norte y de norte a sur, luego de salir de la función de matinée de los cines de
la zona 1, ya fueran los sábados por la tarde o los domingos
también por la tarde, lo importante era darse una o varias sexteadas y
aprovechar para darle una miradita a las vitrinas. La hora pico era a las cinco de la tarde.
Los cines más importantes eran El Capitol, El
Palace y El Cine Lux. Más tarde aparecieron El Cine Lido, sobre la once calle
entre séptima y octava avenidas, y
El Cine Reforma en la zona 9, frente al Monumento a la Estrella. En aquellas
floridas e inolvidables épocas de quienes escribimos estas notas acompañados de
una buena dosis de nostalgia y motivación por dejar plasmado en el papel
nuestros sentimientos por algo tan re-topado con era el ‘’Sextear’’,
principalmente en nuestra generación (de mediados de los cuarentas en
adelante), una de las gracias y
atractivos de sextear era para ver vitrinas en los principales almacenes de la
época; para citar algunos podemos mencionar al Almacén Biener de los señores
Pablo y Augusto Biener (donde se exhibían carritos y Jeeps, juguetes, trencitos
eléctricos marca Leonel, avioncitos, etc), El Almacén La Perla (relojes,
joyería, anteojos, etc,), la Farmacia Klee, ubicada en la esquina de la novena
calle, El Almacén Mendelson (ropa de niños y bebés, el primero en su género),
Almacén Mi Amigo, cuyo eslogan era: ‘’La Cigüeña los trae y Almacén Mi Amigo
los viste’’, Almacén El Cairo
(telas, toallas, telas para cortinas, patrones, principalmente), La Librería Cosmos (libros especializados
de medicina, economía, ingeniería, etc),
El Almacén del Vecchio, de Don Juan del Vecchio (casimires importados, sobreros de
caballero, camisas, corbatas, etc), El Almacén Schacher (trajes a la medida,
telas y mercadería en general), El
Almacén La Dalia Azul., sobre la décima calle y sexta avenida (ropa de
caballero, billeteras, cinchos, anteojos, etc). Diagonal opuesta a la Dalia
Azul estaba la Farmacia Pasteur, de amplio surtido de medicinas, con su letrero
luminoso en la banqueta,
siguiéndole a continuación El Almacén Regalos Lys, donde se vendían
cubiertos de plata, jarrones, floreros, lámparas, cristalería fina, etc., era
uno de los almacenes característicos para regalos de casamiento de cashé.
Era notoria la presencia de la Cafetería ‘’El Sexteo’’, que
luego se llamó Cafetería París,
ubicada en el ingreso al Hotel
Palace, donde se tomaba sabroso café y servían deliciosos pasteles y pies,
lugar donde se reunían los amigos paseantes de la sexta avenida. Enfrente
estaba Pollo Caporal, de Domingo Moreira, con una sucursal en la Plazuela
España. Dicho negocio, de cubanos, innovó en el mercado con su pollo frito
comercializado en cajitas de dos piezas.
Ya era famoso el almacén de juguetes La Juguetería, sobre la décima
calle y sexta avenida, donde se apreciaban los juguetes más innovadores y de gran variedad, sobre todo en la época Navideña. Entre la décima y once calles
sobresalía la Joyería La Marquesa, que constada de dos negocios: el negocio de
la joyería, relojería, etc., de Leonel Stein y el negocio de los anteojos de la
familia Wer. A continuación estaba el almacén Casa Música, que vendía
instrumentos musicales, discos, etc.
Entre los años 58 y 62
aparecieron nuevos restaurantes, tales como El Hawai, de españoles dedicados al
cultivo de arroz, situado frente al Cine Paris y la Radio Nuevo Mundo, ambos
negocios de Humberto González
Juárez, hombre de mucha preponderancia en los gobiernos de la Revolución,
principalmente en el de Jacobo Arbenz Guzmán. El Cine Paris era muy frecuentado
por los jóvenes aficionados a las películas porno de aquellas épocas, donde destacaban las películas de la
artista francesa Brigitte Bardott, que ahora vela por la vida de los animales
en Francia.
Es importante mencionar al Almacén La Paquetería, negocio importante en la década de los 50’s,
que se incendió y que era de la
familia Engel, el cual se
especializaba en ropa extranjera de muy buena calidad, por ejemplo traían los trajes Bottany, sombreros
Stetson, camisas Arrow, zapatos Flordshain, arreglos para el hogar, sombreros de dama a la última moda, como los
que ya se ponía Doña Adriana Saravia viuda de Palarea, gran artista de teatro y también los sombreros que usaba el caballero y gran
escritor nacional Don Rafael
Arévalo Martínez, el creador del éxito literario de la época: ‘’El Hombre que
Parecía un Caballo’’.
El Restaurante Mixtas Frankfurt, de don
Carlos Dorión, sobre la sexta avenida casi llegando a la doce calle, donde se
servían deliciosas mixtas a 10 centavos
y el vaso de cerveza costaba 15 centavos, el cual era muy frecuentado
por los estudiantes de la Preparatoria, El Inglés, El Colegio Modelo, El Cívico Militar, El América,
El Técnico Superior y otros colegios ubicados en la zona 1. También era
visitado por los estudiantes universitarios de la época, principalmente los de
Derecho, Medicina, Odontología y Farmacia y Ciencias Químicas.
En épocas aún más remotas, entre 1950 y 1960,
es importante citar al Restaurante
Sansusi, restaurante y bar de mucho prestigio y atractivo en su época, situado
a un costado del Cine Lux y
también al Restaurante y Bar El Guadalajara, ubicado donde actualmente
se encuentra el Edificio de Apartamentos El Cielito, del señor Jacobo Engel.
Ambos restaurantes atraían a las personas que salían de los cines ubicados en
la sexta Avenida, tales como El
Capitol, El Lux y El Palace.
La Joyería Ritcher, ubicada entre la doce y
trece calle, siempre sobre la sexta avenida, con gran variedad de joyas,
relojes, etc., era la principal en su género. El Almacén T.
Edwars, especializado en ropa de cama, toallas, etc., contiguo al Restaurante
de comida china Fu Lu Sho,
que destacaba por su sabrosa
comida china, el cual era muy
frecuentado por personas adultas, que les gustaba la tertulia, tomar café y
cerveza, principalmente al salir de las funciones nocturnas de los cines antes
mencionados. Se puede decir que
era un restaurante que aglutinaba a los bohemios del centro de la ciudad.
Continuando sobre la sexta avenida se llegaba al famoso Hotel La Mansión San
Francisco, frente a la Iglesia Santa Clara. Dicho hotel está operando
actualmente con el nombre comercial Royal Palace.
Después de la trece calle de la zona 1, está el Palacio de la
Policía Nacional y en toda esa cuadra ya los almacenes eran más populares,
donde sobresalía El Almacén El Favorito, a continuación estaba El Cine Roxi, exactamente frente al Palacio de la Policía
Nacional. Después de la catorce calle se llegaba al Parque Concordia y más
adelante el famoso restaurante de comida China Cantón, que recientemente acaba
de cerrar sus puertas.
La Sexta Avenida en aquellas épocas era tan
segura, que los matrimonios jóvenes salían a sextear por las tardes y las noches, porque era saludable para las señoras
que estaban esperando bebé y además servía para socializar con otras parejas
amigas en las mismas circunstancias.
La sexta avenida también servía para que los
jóvenes y los no tan jóvenes
exhibieran sus carros y sus motos.
En los 60’s llamaban la atención
los Camaros Z-28, los Pontiac GTO, los Mustang GT y Match II, los Plymouth
Fury, los Chevrolet Impala, los Chevrolet Corvette, los Dodge Dart, y los Fords Fairlane y Falcon. Sin olvidar
los famosos Mustang 1965 y los Fords Thunderbird 55, que llegaron a ser
clásicos. Los muchachos que tenían carros convertibles eran la máxima atracción de las patojas y la envidia
de lo peatones reincidentes.
En cuanto a las motos de los 60’s, sexteaban
los intrépidos motociclistas con las motos de la época, sobresaliendo las
Triumph Tiger 200, las Gilera 175, las MV Augusta 175, las Horex Imperator 500,
las Zundapp Trophy 250, las CZ – 250, las Jawa 250, las NSU 125 y 250 y las
Harley Davidson, así como las
Indian. Los motociclistas les ponían basucas a sus motos para que
hicieran un sonido más potente y estruendoso, la policía de la época no les
decía nada.
Entre semana se sexteaba a partir de las 16:
00 horas de la tarde cuando los patojas de los colegios se paseaban por la
sexta avenida al salir de clases y estas acciones duraban si mucho hasta las
17:30 horas, porque rápido se iban a sus casas o a tomar la camioneta que las
llevaría a sus hogares. Los cantineadores profesionales o consuetudinarios, sí
pernoctaban todas las tardes hasta aproximadamente las 20:00 horas.
En la Sexta Avenida antes Calle Real, siempre
se han llevado acabo los acontecimientos más importantes de cada época, tales como las
Procesiones en Semana Santa, las Huelgas de Dolores de la USAC, las Protestas
Populares, los Triunfos Deportivos y hasta los Minutos de Silencio impulsados
por Manuel Cobos Batres en la época del Doctor Arévalo.
En aquellas épocas reinaba el compañerismo, el coqueteo, la
amistad, el darse a conocer, el figurar, el estar al tanto de los noviazgos,
los pleitos de parejas, las quemadas de canilla, los cuernos del venado, el
chisme estudiantil, los asuntos
políticos, había más
intercambio social, chismográfico, actualidad, que otra cosa.
No era muy frecuente el uso de las
cafeterías como actualmente, las
acciones y actividades comentadas anteriormente, se desarrollaban en las
esquinas, donde se aglomeraban los grupos de amigos o amigas a realizar dichas
actividades, más los chismes, lo más importante y sabroso de las tertulias
grupales.
En conclusión: ¡Era muy sabroso Sextear!
Así son las épocas y las modas: nacen,
crecen, se desarrollan, maduran y mueren.
Sexta Avenida: ¡lástima que como distracción
te fuiste! Ahí estás inerte y sin vida.
¡Revivámosla!